Este reloj Omega Speedmaster Skywalker X-33 es una variante del modelo Speedmaster Professional X-33 del fabricante de relojes que lleva lligado a la exploración espacial desde los años 60.
Algunas de las funciones y mejoras introducidas añadidas a este modelo corresponden a patentes de la Agencia Espacial Europea basadas en las propuestas del astronauta Jean François Clervoy con el fin de mejorar las cuestiones horarias en el espacio —que incluyen alarmas múltiples con sonidos diferenciados según la zona horaria, y mediciones del tiempo en base a la duración de la misión y a distintas fases de ésta— y de ergonomía, como la posibilidad de apartar las agujas del reloj analógico para poder ver con claridad los relojes digitales incorporados en la esfera.
Según explica la ESA, una de las funciones nuevas permite seleccionar una fecha en el pasado o en el futuro con precisión de un segundo y que el reloj calcule cuánto tiempo ha transcurrido o falta desde o hasta entonces, algo que al parecer es rocket science para los relojeros.
Si no fuera porque cuesta unos 5.000 euros sería un reloj a desear. Vale que es raro que una persona de a pie desee un reloj con funciones diseñadas para vivir en órbita. Pero eso es chulo y el nombre del reloj también los es; y, oye, muchas personas van por ahí con relojes sumergibles a 100 metros y tampoco son la Sirenita.
Vía Gizmag.