Por @Alvy — 15 de mayo de 2010
Merece la pena dedicar 15 segundos a ver cómo esta bestia aparca de forma autónoma; un claro ejemplo de si-no-lo-veo-no-lo-creo y de que para algunas cosas sí que estamos en el siglo XXI. Se trata de un coche llamado Junior, desarrollado por los estudiantes de Stanford, que ya ganó en 2007 el Grand Challenge de DARPA, un premio en el que participan coches robotizados que conducen solos. Como cuentan en Singularity Hub, «ahora le han enseñado nuevos trucos». Aquí está la explicación del cómo se hizo.
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