Por @Alvy — 3 de diciembre de 2016
ANTES de descartar su caballo para comprarse un automóvil, piense bien en el coste. Calcule cuánto se gasta en arneses y compare con lo que se va a gastar en ruedas. Haga cuentas sobre cuánto le cuesta alimentar un caballo y luego piense en la gasolina, las reparaciones y el gasto de guardar un coche en un parking.Luditas renovados para el siglo XX. Ahora cambia la metáfora reemplazando caballo / automóvil por otras combinaciones para el siglo XXI como libro / ebook («es por el olor»), la siempre terrorífica laboralmente hablando humano / robot o la que suena más divertida: coche / coche autónomo o lo que se te ocurra.
Un caballo vale lo mismo que lo que haya pagado por él hace un par de años, pero ¿dónde hay alguien que pueda decir lo mismo de su coche? Venga y compre un nuevo arnés para su caballo con la seguridad de que podrá viajar tanto por nieve como por barro o por buenas carreteras sin que se le estropee nunca el «carburador».
A colación: Robots, jobs and the human fear of change en TechCrunch.
(Vía The Pessimists Archive.)