Por Nacho Palou — 4 de septiembre de 2013

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A diferencia de una cámara normal que captura el total de la escena, la cámara DVS está inspirada por el funcionamiento selectivo del ojo humano y sólo captura en cada instante las partes de la escena que cambian, por ejemplo si hay variaciones de brillo, aspecto o posición.

De este modo la cámara DVS reduce notablemente la cantidad de información que captura y procesa y lo hace además utilizando píxeles de gran tamaño y sensibilidad, cada uno de los cuales ajusta individualmente su exposición. Más o menos como si fuera una cámara formada por un conjunto de cámaras y cada una de ellas sólo se activase al detectar cambios en su parte de la escena, hasta 1 millón de cambios cada segundo.

La cámara transmite sólo la información relativa esos cambios y no el total de la escena, por lo que no existen fotogramas en secuencia como en una cámara convencional sino sucesos registrados a lo largo del tiempo, aunque duren sólo un microsegundo. Ésto es «un valor similar o mejor que las cámaras de alta velocidad que graban miles de fotogramas cada segundo» pero que generan cantidades enormes de información.

En cambio la cámara DVS puede guardar ocho horas de grabación en 100 MB y la película se puede pasar a cualquier velocidad. Esas mismas ocho horas de grabación se 'rebobinan' en menos de un minuto. Menos cantidad de información (pero sin perderse nada de lo que sucede en cada instante) significa un valocidad de proceso de la imagen mucho más rápida.

Una de sus posibilidades es «un nuevo tipo de visión artificial», sirviendo, entre otras cosas, para que las máquinas puedan ver de un modo muy efectivo.

En el vídeo se muestra un mecanismo que mantiene un lápiz en equilibrio a partir de lo que «ven» dos cámaras DVS: su capacidad para detectar el más leve movimiento del lápiz se utiliza para anticipar hacia dónde va a caerse y evitarlo moviendo el mecanismo.

Pero por ahora se trata de un juguete muy caro: cuesta unos 2000 euros aunque las imágenes resultantes tienen el tamaño de una foto de carnet y son en blanco y negro.

Vía MIT Technology Review.

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