Este paracaídas electrónico, como lo denomina la compañía alemana Diamond Aircraft que lo desarrolla, en realidad es un piloto automático avanzando; una adaptación de la idea de los coches autónomos aplicada a aviones pequeños y avionetas.
El sistema de Diamond consta de dos partes principales: una parte monitoriza el estado del piloto y es capaz de determinar cuándo ha sucedido algo que le impide pilotar —si, por ejemplo, ha perdido el sentido de la vida. La otra parte es el piloto automático en sí mismo, que al activarse enviará un código de emergencia a la vez que toma los mandos del aparato.
En ese caso el ordenador del sistema trazará la ruta y determinará el perfil de vuelo para llevar a cabo la aproximación al aeropuerto más próximo, siendo capaz de evitar zonas de mal tiempo gracias a la información meteorológica.
Durante la aproximación el sistema activa los flaps, despliega el tren de aterrizaje y a continuación y de forma autónomo hace todas esas cosas de avión aterrizando — enciende las luces, se alinea con la pista, planea sobre ella, toma tierra y corta los motores. Todo de forma automática.
Vía Wired.