Aprobada en 1998, la Digital Millennium Copyright Act es una ley estadounidense que, entre otras cosas, protege al software propietario prohibiendo su copiado y modificación, o al menos la de los sistemas de protección que incorpore.
Una de las cosas que protege es el software de coches, tractores y otros vehículos, así que la Electronic Frontier Foundation solicitó al Bibliotecario de la Biblioteca del Congreso que incluyera este tipo de software dentro de las excepciones a la DMCA que tiene derecho a autorizar cada tres años.
La idea de la EFF es que los dueños de los coches puedan seguir actuando como tales y que tengan acceso a esos programas para poder diagnosticar, reparar, y modificar sus vehículos, algo que a los fabricantes no les ha gustado ni un poco.
Pero el Bibliotecario ha dado la razón, al menos en parte, a la EFF, y en la última lista de excepciones está el software de a bordo de los coches, aunque con algunas reservas.
No se puede, por ejemplo, meter mano a los sistemas de entretenimiento a bordo, ni a los sistemas que envían datos al fabricante, y es responsabilidad del dueño también cualquier modificación que pueda hacer que el coche deje de cumplir con alguna de las normativas que debe respetar.
Así que, por el momento, los vehículos que se venden en los Estados Unidos siguen siendo –en su mayor parte al menos– de quien los compra, aunque seguro que cuando toque renovar la lista de excepciones los fabricantes pedirán que el software de sus vehículos vuelva a quedar exento.
(Vía The Verge).
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