Por Nacho Palou — 10 de octubre de 2012

Este artículo se publicó originalmente en Cooking Ideas, un blog de Vodafone donde colaboramos semanalmente.

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Tecnologías como las de Touchcode / Printechnologies permiten transferir información a dispositivos móviles a través de la pantalla táctil.

Las pantallas táctiles se han convertido en un método de entrada de datos común en dispositivos móviles como teléfonos y tablets.

Y en la actualidad lo normal es que las pantallas táctiles sean capacitivas y multicontacto. "Capacitivas" significa que funcionan simplemente por contacto –sin tener que hacer presión como sucede con las obsoletas pantallas resistivas– y "multicontacto" es que además son capaces de detectar varios contactos –o "dedos"– en contacto con la pantalla a la vez.

Estas dos características –ser sensibles al contacto y ser capaces de detectar varios contactos simultáneamente– hace que sea posible utilizar también las pantallas táctiles capacitivas para identificar o leer información codificada en objetos o superficies impresas (como páginas de revista, libros o fichas en cartulina) siempre que estén específicamente preparadas para ello.

Es decir, siempre que tengan una conductividad similar a la del cuerpo humano.

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Las distintas configuraciones de los tres contactos de material conductivo permite que el iPad detecte, además de la posición del juguete sobre la pantalla, con qué personaje se está jugando. Y en función de ello la app ofrece unas posibilidades de juego u otras.

Un ejemplo práctico es el juego AppMates. Para poder utilizarlo es necesario comprar unos pequeños accesorios que tienen la forma y la apariencia de los coches de la película Cars.

Cada uno de esos coches tiene varios puntos de contacto en la parte inferior. Cada uno con un disposición diferente. De modo que al poner el coche sobre la pantalla del iPad y cogerlo con los dedos los puntos de contacto se vuelven conductivos y la pantalla detecta no sólo donde está situado el objeto, sino también de qué coche / personaje se trata por el patrón de los puntos de contacto.

El juego "sabe" por tanto qué coche / personaje se está utilizando y ofrece opciones, sonidos o historias correspondientes a cada uno.

De modo que un objeto físico con un patrón de contactos capacitivos puede "transferir" información al dispositivo a través de la pantalla táctil.

Que es precisamente lo que hacen tecnologías como las de Touchcode o DAGi, abriendo todo panorama de posibilidades.

Touchcode se plantea como alternativa a los códigos de barras (y códigos "bidi" o QR) que se leen a través de la cámara del teléfono móvil, entre otras formas.

La tecnología de Touchcode consiste en una tinta conductiva e invisible que se puede aplicar sobre cualquier superficie impresa. Por ejemplo, una etiqueta de producto o la página de un libro o revista.

Al colocar la pantalla del teléfono sobre la superficie impresa la pantalla detecta la tinta conductiva como un contacto múltiple. La aplicación "descodifica" el contenido que puede ser, por ejemplo, un enlace a un vídeo en Internet.

De este modo se obtiene algo parecido a lo que ofrecen los códigos QR pero de forma invisible al ojo humano, resultando en un método más natural y visualmente atractivo –con más información útil para las personas– de lo que resulta un código que sólo pueden leer las máquinas.

Las iCard de DAGi –marca más conocida precisamente por sus punteros para pantallas capacitivas– son cartas impresas similares a las habituales de las barajas o a los cromos de colección. Y al colocarlas sobre la pantalla del móvil o tablet "transfieren" información al dispositivo.

Probablemente –porque DAGi no ha dado detalles sobre su tecnología– funcionan de un modo similar a Touchcode (la carta proporciona una URL y la información llega en realidad a través de Internet), aunque en el caso de las iCard la conductividad no se produce hasta que se toca con el dedo un punto concreto de la carta, de la misma manera que los accesorios AppMate necesitan que el usuario los coja con la mano para que la pantalla los detecte.

Dado que las pantallas táctiles multitacto o el software de momento tienen un límite relativamente pequeño en el número de contactos que pueden detectar simultáneamente –lo más común es que detecten hasta diez– la información que se puede transferir es limitada. Pero de entrada abren una nueva posibilidad de interacción que prácticamente acaba de comenzar a explorarse.

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