Por @Wicho — 8 de julio de 2019

El archivo hace unas décadas

Con 52 metros de ancho, siete metros de fondo y ocho metros de alto que albergan 18 bloques de 500 cajones –para un total de 9.000 cajones– con expedientes individuales este archivo de la seguridad social checa parece un híbrido de la imaginación de Simon Stälenhag, el Brazil de Terry Gilliam y Dune de David Lynch.

Contiene los expedientes, convenientemente ordenados por número, de unos 800.000 ciudadanos nacidos hasta 1937 que en algún momento cotizaron a la seguridad social y estuvo en uso hasta casi finales del siglo XX. Para acceder a los cajones la persona que buscaba un expediente se subía a la góndola correspondiente, que manejada con una especie de joystick se movía de izquierda a derecha y arriba y abajo hasta llegar a la posición adecuada. Un pedal hacía que se abriera el cajón y ya sólo quedaba coger el sobre buscado.

El archivo en acción

Hoy en día toda esa información está digitalizada, así que ahora el archivo sólo es una especie de copia de seguridad… pero ojalá se pudiera visitar.

No sé si Paul Otlet llegaría a conocer su existencia antes de morir, pero seguro que una instalación así le habría encantado como base de su Mundaneum.

(Vía Brian Roemmele y Lukas Biba).

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