Este dispositivo del tamaño de un llavero, todavía en fase de prototipo, es capaz de detectar a analizar muestras de alimentos y detectar la presencia de cinco tipos de alérgenos. El proceso de análisis tarda algo menos de diez minutos en completarse, y los resultados se muestran en un informa a través del móvil. “Aunque los resultados no sean inmediatos, ni siquiera rápidos, es lo suficientemente útil como para evitar una visita a urgencias”, dicen en IBITimes.
Los cinco alérgenos detectados son de los más “problemáticos” (trigo, cacahuetes, avellanas, leche, y huevo), causantes habituales de problemas en niños y adultos, también por ingesta involuntaria debido a contaminación cruzada,
Los investigadores pusieron el dispositivo a prueba en un restaurante cualquiera y encontraron algunos casos sorprendentes de contaminación cruzada. Por ejemplo, se detectó gluten en una ensalada sin gluten y proteínas de huevo en una cerveza. El mismo dispositivo podría adaptarse para detectar otros compuestos, diferentes alérgenos o contaminantes no alimentarios, como pesticidas.
Se calcula que entre el 5 y 10 por ciento de la población padece algún tipo de alergia, sensibilidad y enfermedad autoinmune (como los celíacos) relacionadas con los alimentos, “un problema difícil de evitar debido a lo habitual que son actualmente los alimentos preparados y las comidas fuera de casa.”
Los investigadores creen que su uso no sólo beneficiará a los consumidores y que será útil también en clínicas, restaurantes, industria alimentaria e inspectores, añadiendo más seguridad a los alimentos en aquellos casos y para aquellas personas que lo necesiten.
Fotografía: American Chemical Society.