Por Nacho Palou — 23 de enero de 2013

Los tablets son turismos y los PC son camionetas,

Steve Jobs comparaba la transición desde el ordenador de sobremesa y el ordenador portátil hacia los tablets como lo fue el paso desde las camionetas a los turismos. Las camionetas disminuían en popularidad conforme EE UU se urbanizaba, de la misma forma que —argumentaba entonces Jobs— los equipos de sobremesa y portátiles lo harían con la llegada de los tablets.

Los ordenadores tradicionales, los PC, Mac y similares, decía, “todavía estarán ahí y todavía tendrán una gran utilidad, pero los utilizarán uno de cada X personas”.


Fuente: NPD DisplaySearch Quarterly Mobile PC Shipment and Forecast Report.

Y según NPD DisplaySearch Jobs tendría razón, una vez más: la previsión es que este año 2013 la venta de tablets (240 millones) supere por primera vez a la venta de ordenadores portátiles (207 millones); la mayoría de esos tablets tendrán un tamaño de pantalla de entre 7 y 8 pulgadas.

En 2012 volvió a reducirse la cifra de ordenadores distribuídos por los fabricantes con respecto a 2011.

La llegada de los “phablets”

Pero a esta carrera por ganarse la atención del público tal vez haya que empezar a pensar en sumar además un nuevo formato de dispositivo, los phablets. El término phablet se refiere a una suerte de cruce en una noche loca entre un teléfono móvil y un tablet. Es decir, es un teléfono —y como tal permite hacer llamadas de voz— sobredimensionado, con pantallas a partir de 5 o 5,x pulgadas.

Continuando el símil automovilístico de Jobs, los phablet serían como los SUV o todocaminos, todoterrenos ligeros o turismos con aspecto de todoterreno pero sin la mayoría de sus principales virtudes y sí con muchos de sus inconvenientes, y aún así con mucha aceptación en el mercado.

Probablemente el phablet más popular es el Samsung Galaxy Note, que recientemente puso a la venta una nueva versión, el Samsung Galaxy Note II, del que vendió 5 millones de unidades en los primeros tres meses. Del Samsung Galaxy Note se calcula que se vendieron unos diez millones de unidades. Samsung no inventó el phablet, pero sin ninguna duda es la marca que popularizó el término y el dispositivo al que se refiere. Otras marcas como LG, con el originalmente denominado Vu, también dejaron ver algún dispositivo de este formato, aunque pusieron menos confianza en él.

Algún que otro analista afirma que 2013 será el año de estos dispositivos que en teoría aúnan lo mejor de ambos mundos —del teléfono y del tablet— pero que no exhiben las ventajas de ninguno de ellos.

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Aún así me consta que el Samsung Galaxy Note II tiene cosas interesantes y no me disgustó en absoluto. Es verdad que es grande como teléfono —y es verdad que los teléfonos se usan cada vez menos como tales—, y que igual que un teléfono es más práctico con un tamaño más moderado también lo es un tablet con un tamaño más generoso.

Pero puede haber personas que prefieran tener un dispositivo todo en uno que dos, un móvil y un tablet. Igual que hay personas, sobre todo en países desarrollados, que simplemente no se pueden permitir tener dos. Ni siquiera se pueden permitir tener un ordenador con conexión a Internet (en muchos lugares simplemente es imposible tener una conexión a Internet por cable, pero sí conexión móvil), y el teléfono es para ellos la única vía de acceso a Internet.

Entre el móvil y el tablet

El Mobile World Congress, la mayor feria de telefonía móvil del mundo, se celebrará en poco más de un mes en Barcelona. Previsiblemente allí se verán algunas nuevas propuestas de estos híbridos con pantallas similares, en torno a las 5 pulgadas, e incluso aún mayores, con 6 o más pulgadas, caso de los modelos de ZTE y Huawei, respectivamente.

Actualmente los tablets más populares tienen tamaños a partir de las 7 pulgadas, lo que significa que empiezan a quedar pocos huecos libres entre la menor pantalla de un smartphone (en torno a 3 pulgadas) y la de los tablets de mayor tamaño, de algo menos de 10 pulgadas. Si bien se han visto propuestas de tablets de 11, 13 y hasta 27 pulgadas, caso del IdeaCentre de Lenovo.

Una diferencia significativa entre un móvil y un tablet, más que el hecho de que con uno se pueda hablar por teléfono y con otro no, es que los primeros están o deben estar diseñados para poder manejarse con una sola mano. En los segundos este aspecto no es un requisito ya que su función es distinta, más próxima a la de un ordenador. E inevitablemente el incremento en el tamaño del teléfono dificulta su utilización y desafía la ergonomía en favor de una pantalla con más pulgadas.

Un obstáculo que podría resolverse en los próximos años con las pantallas flexibles y las pantallas plegables, un concepto que comienza a ser posible de forma funcional por lo que ya se empieza a ver en forma de prototipos como estos tablets de LG.

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