Por @Alvy — 6 de abril de 2016

En este publirreportaje¹ de Linus Tech Tips se explica paso a paso como los laboratorios de Logitech realizan pruebas de las prestaciones de los ratones, en concreto los inalámbricos, en todo tipo de situaciones, especialmente en lo relativo a la transmisión de las señales.

Se utiliza una cámara anecoica que aísla la sala completamente, también del «rebote» de las señales y en cuyo interior hay una antena estilo «rayo de la muerte de malvado de película» que lanza interferencias de todo tipo para simular los efectos de la saturación de frecuencias wifi y Bluetooth sobre el dispositivo. Es como el escenario de pesadilla perfecto para los dispositivos inalámbricos.

Para simular el movimiento del ratón han fabricado mecanismos de tortura «tipo Ikea» que mueven físicamente el ratón (un tanto relativamente: lo que se mueve es la «mesa» bajo el ratón) haciendo que emita las señales convencionales para comunicarse con el ordenador que se correspondan a movimientos físicos, no una mera simulación.

Un analizador de espectro recibe los resultados y los dibuja en pantalla, de modo que si hubiera retardo en las señales aparecería cierto desplazamiento (como así sucede). Eso permite calibrar las unidades o analizar formas de evitar esas interferencias. En las pruebas se comparan diversos ratones y se varía la potencia de las interferencias a ver qué sucede: si hay demasiados «saltos», mala cosa. Los ratones con mejores comunicaciones muestran poco desplazamiento y saltos, otros se «vuelven locos» y se vuelven impracticables.

En algunos ratones inalámbricos –sobre todo los viejos– la batería es todo un problema: crea «puntos muertos» en los que no hay señal; por eso cuando se diseñan hay que medir cuidadosamente todo su entorno para asegurarse de que este componente, su tamaño y ubicación, no interfieren con las antenas.

En otro aparato se mide la latencia o «retardo» de las señales; este es el factor responsable de que las señales del ratón se conviertan en movimientos suaves –o no tanto– en la pantalla. Normalmente va entre 4 y 8 milisegundos según los modelos. Si el rendimiento es bajo o se producen problemas la cifra aumenta demasiado; entonces los humanos nos percatamos de que el ratón «no responde rápido» a los movimientos que se hacen y resulta incómodo y molesto. (En esto también están implicados los retrasos de la pantalla, el sistema operativo, las aplicaciones, etcétera).

En general las pruebas tienen un buen transfondo matemático: cientos o miles de pruebas estadísticamente promediadas permiten conocer los valores experimentales (tanto mecánicos como «humanos») con gran exactitud. Mucho trabajo de señores con bata de laboratorio de cara a comparar unos productos con otros y eliminar problemas para así fabricar productos más competitivos.

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El vídeo original es un publirreportaje pagado por Logitech y está presentado por Luke, editor de Linus Tech Tips. Eso quiere decir que Logitech ha pagado por que le publiquen el vídeo ahí como forma de promocionar sus productos y marca, algo por otra parte bastante normal para muchos departamentos de márketing. ¡Pero el vídeo es realmente interesante! Está bien grabado, bien presentado, con buen audio… y lleno de chismes curiosos: salas de análisis, osciloscopio y mecanismos ingeniosos. De ahí que aquí lo publiquemos por su interés público y sin que nadie pague nada. Quizá se pueda aprender algo de esto.

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