Por Nacho Palou — 7 de octubre de 2013

Ya antes se han visto implementaciones de robots modulares, aunque estos pequeños cubos llamados M-Block son sin duda la versión más refinada de robots capaces de autoensamblarse.

Externamente los M-Blocks no tienen partes móviles, pero en su interior alojan un volante que gira a 20 000 revoluciones por minuto proporciona movimiento al cubo. Los cubos se mantienen unidos cuando es necesario mediante imanes. Para que los cubos puedan ensamblarse en cualquier posición y orientación los imanes rotan por sí mismos y se sitúan en la orientación adecuada para unirse entre sí.

Los movimientos de los cubos y las variaciones en el ensamblaje permiten que el conjunto formado por los M-Block adquiera capacidades motrices, más complejas cuando el ensamblaje suma un mayor número de cubos y se vuelve más complejo.

En cierto modo el metal líquido con el que está construido el T-1000 de la película Terminator 2 se puede entender como la suma de millones de estos cubos miniaturizados hasta lo extremo.

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