Por @Alvy — 23 de septiembre de 2015

En el Instituto Max Planck se han pasado dos años diseñando y montando este simulador robótico que a diferencia de los convencionales de cabina utiliza cables para mover una enorme plataforma robótica, con lo que se consiguen unos movimientos y una velocidad absolutamente espectaculares.

Cada uno de los ocho cables tiene una tensión equivalente a 1,4 toneladas y puede realizar movimientos en seis «dimensiones» programadas previamente: tres dimensiones de translación (xyz) y tres de orientación/ángulos. Los motores que tiran de los cables metálicos tienen casi 350 kW de potencia, lo que permite conseguir aceleraciones de 1,5G, en parte también porque la plataforma y el asiento son especialmente ligeros: tan solo 80 kg en su conjunto.

El montaje no sería más que una montaña rusa muy espectacular y mareante si no fuera porque va acompañado de un sistema de realidad virtual inalámbrico: en el vídeo pueden verse algunas simulaciones de vuelo y conducción de coches.

Otra ventaja de este simulador con cables es que el tamaño de la zona de simulación depende únicamente de lo grande que sea la sala en la que esté instalado: los cables pueden ser más largos y mantener la tensión sin problemas.

Viendo las escenas de la demostración sorprende quizá la ausencia de más medidas de seguridad, porque un anclaje suelto o un cable roto saltando por los aires supondrían un fostiazo impresionante para el ocupante – algo que seguramente eso también lo tienen controlado a la perfección para arriesgarse a enseñarlo así tal cual.

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