Por @Alvy — 31 de Octubre de 2018

En esta perla concentrada de 5 minutos Brian Behlendorf explica algunas cuestiones de lo que puede suponer a largo plazo la tecnología blockchain de cara a construir la infraestructura de lo que denomina «la confianza como servicio». El lugar elegido es el icónico y precioso café/bar/museo The Interval de San Francisco, donde la gente de la Long Now Foundation se reúne y comparte ideas. El miniresumen está aquí: A Foundation of Trust: Building a Blockchain Future.

Behlendorf es un pionero del software de código abierto, desarrollador del conocido Apache (sobre el que corren las webs en casi todos los servidores de Internet) y colaborador de la Fundación Mozilla y la EFF, entre otras cosas. Ahora anda metido en Hyperledger, un proyecto de la Fundación Linux que básicamente es una plataforma de código abierto para usar tecnología blockchain, pensada para empresas y grandes proyectos pero con la idea de desarrollar estándares y protocolos abiertos como base. Entre los elementos clave que menciona están los servicios de identidad y los contratos.

Su intervención se resumen en una diapositiva, en la que como mandan los cánones de la Long Now hay que «pensar a muy largo plazo». Tal y como él lo ve, a la larga se irán formando consorcios o entidades que gobiernen los registros de la blockchain, pero de forma cada vez más estandarizada, transparente y competitiva. Allí estarán nuestras identidades digitales, sobre las que las personas tendremos mayor control que hasta ahora (dejando ver sólo lo que queramos dejar ver). Behlendorf menciona jocosamente cómo con el RGPD hemos empezado a ver más de cerca conceptos como «solicitar permisos» u «otorgar autorizaciones» aunque queda mucho camino para que sea algo fluido y perfecto.

Por otra parte, cuando la gente tenga su identidad digital en la blockchain y las entidades que gestionen esos datos sean funcionales y aceptadas (como hoy son confiables los sistemas de firmas, identificación, etcétera) la mayor parte de los procesos burocráticos de hoy en día del estilo «crear una empresa», «vender una casa» o «conseguir un certificado de nacimiento» quedarán ahí plasmados para siempre y serán aceptados sin problemas.

Su visión más interesante –y el hecho de que ande metido en esto– es quizá la del previsible fracaso de la «guerra contra la verdad» (en otras palabras: el fin de las fake news, popularizadas a partir de 2016 pero que ya existían antes). La tecnología será capaz de crear una blockchain en la que los hechos en los que nos pongamos de acuerdo queden plasmados para siempre (del tipo «tal cosa sucedió tal día», incluyendo eventos históricos) y servirá como «herramienta liberadora y de justicia». Quizá suene un poco poético o utópico, pero desde luego suena bien.

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