Por @Alvy — 21 de febrero de 2012

Este artículo se publicó originalmente en Cooking Ideas, un blog de Vodafone donde colaboramos semanalmente con el objetivo de crear historias que «alimenten la mente de ideas».

Hace tiempo publicamos por aquí uno de esos vídeos en los que se muestra el futuro de la tecnología. Es de ese tipo de clips de unos pocos minutos surgidos del trabajo de algún director de cine con guión de alguien del departamento de márketing basado en las historias que les oyeron contar a los de I+D en la cafetería. Este en concreto es de Microsoft y nos sitúa en 2020.

Seguro que alguna vez has visto alguno de estos montajes: los hacen prácticamente todas las compañías tecnológicas. Permiten enseñar cómo les gustaría que fuera el futuro y cómo los aparatos y tecnologías en los que están trabajando y tienen en mente podrían encajar. Suelen ser piezas visuales muy entretenidas y agradables, aderezadas con bandas sonoras muy relajantes.

Pero para mi, que siempre ando dándole vueltas a estas cosas, algo no encaja. Y es que no hay nada como ver el videoclip y luego volver a verlo pero pensando -un poco sarcásticamente- en cómo serían las cosas en el MundoReal™ para darse cuenta de que...

  • En ese futuro no hay basura. Los suelos limpios y las paredes sin graffiti resultan ser superficies perfectamente claras en las que siempre se pueden proyectar imágenes de pantallas virtuales sin problemas.
  • En los edificios y calles no hay obstáculos. Los robots, coches automáticos y otros dispositivos con capacidad de movimiento nunca tienen por qué esquivar obstáculos, cajas o zanjas en la calle.
  • Nadie tiene prisa por nada y todo el mundo es estupendamente educado. Todos los ejecutivos van de un lado a otro completamente relajados y tranquilos -consultando sus dispositivos futuristas sin estrés alguno- y todo el mundo se sonríe con complacencia casi secreta, como los vampiros en las películas cuando se reconocen unos a otros.
  • Todos los dispositivos táctiles funcionan a la perfección. Ninguno falla porque el propietario tenga las manos demasiado grandes, pequeñas o vaya con guantes. Naturalmente, aunque la letra del terminal del futuro sea extremadamente pequeña, todos los que lo usan tienen visión perfecta y pueden leer a cualquier tamaño sin problemas.
  • Nunca hay reflejos molestos. Las pantallas del futuro no solo se ven bien y están siempre limpias, sino que siempre da la casualidad de que aparecen en el ambiente idóneo: ni poca ni mucha luz. Naturalmente, jamás reciben un rayo de sol directo ni hay que poner la mano encima para que les de un poco la sombra aunque estés en mitad de la calle.
  • A pesar de ir enseñando los gadgets más avanzados del futuro, en las ciudades de esos vídeos nunca hay ladronzuelos que miren de reojo cómo mangarte el teléfono o la cámara de fotos; seguro que ese futuro ya no habrá que tirar las fotos medio a escondidas ni dejar de usar los auriculares con cable blanco que delatan que llevas un carísimo iPhone 15G en el bolsillo.
  • Las oficinas parecen laboratorios de aislamiento, de lo limpias y blancas que están... Nadie osaría comerse un bocata y dejar las migas por ahí encima; esa es por desgracia una de las costumbre que habrá que sacrificar en estos futuros perfectos.
  • Siempre se puede trabajar con la gente a través de videoconferencia. No solo todo el mundo está disponible cuando lo necesitas sino que además te reciben con una sonrisa, especialmente los clientes. Mejor aún: siempre aceptan las nuevas propuestas, como si jamás fueran a llevarte la contraria cuando les presentas un diseño o los datos de una hoja de cálculo. Se puede concluir que la mala leche ha sido eliminada en estos futuros perfectos.
  • Los niños son tranquilos, les encanta hacer los deberes, no hacen ruido y se comportan como adultos. Nada de golpear los tablets, arrastrarlos correteando por la casa o pincharlos con los lápices a ver qué sucede. Una tableta de un vídeo futurista nunca tendrá un rasguño, aunque el pequeño Atila la haya pisoteado y arrastrado por toda la casa.
  • Toda la gente del futuro es bella, cual modelos de cine. ¡Había que decirlo!
  • La Comic Sans ha desaparecido. Tal vez por esto, y sólo por esto, merezca la pena hacer el esfuerzo y llegar a ese futuro, bien sea el 2020 o cuando corresponda.
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