Por Nacho Palou — 18 de marzo de 2011

Etiqueta RFID
(Radio Frequency IDentification)
Foto: iStockphoto © Björn Kindler

Desde hace ya un par de años se viene hablando de la incorporación de tecnología RFID en teléfonos móviles.

Es aspecto más común de la tecnología RFID es en la forma de una etiqueta adhesiva, una pegatina, con una espiral metálica y un minúsculo microchip en su interior.

Estas “etiquetas inteligentes” identifican los objetos a los que están adheridos de la misma forma que los códigos de barra, pero con la diferencia de que se puede acceder a esa información por radio, sin tener que pasarla por un lector de códigos de barra.

Una de sus aplicaciones más habituales es como mecanismo antirrobo colocadas en ropa, libros o discos. También en animales domésticos, a los cuales se les coloca un chip RFID del tamaño de un grano de arroz bajo la piel. Estos estos chips suele ser de tipo pasivo, es decir permanecen inertes –no hacen nada– hasta que se estimulan con una señal de radio emitida desde un lector específico o desde los arcos de seguridad situados a la salida de los comercios.

Esa señal de radio además de cursar la solicitud de acceso a la información contenida en el chip proporciona la alimentación eléctrica –por inducción magnética, un forma de transmisión de electricidad sin cables– necesaria para que el chip se active y envíe una respuesta de vuelta. Dado que se trata de señales muy tenues el alcance de estos chips está limitado a unos pocos centímetros, lo mismo que la cantidad de información que es posible intercambiar.

Más sobre los chips RFID en ¿Qué son los chips RFID y para qué sirven?

NFC, la tecnología RFID aplicada al teléfono móvil


El icono de la izquierda en el teléfono móvil Google Nexus S indica que está preparado para intercambiar datos con dispositivos o etiquetas NFC / RFID.

Actualmente móviles como el Google Nexus S que tuvimos ocasión de probar el lunes tras su presentación, incorporan una tecnología denominada NFC (Near Field Communication) que en esencia un adaptación de la tecnología RFID: el teléfono puede funcionar como lector de etiquetas RFID; o puede comportarse como las mencionadas etiquetas "pasivas" o intercambiar de forma activa datos con otros móviles NFC que estén situados en su radio de alcance, que es de una decena de centímetros.

Las aplicaciones de esta tecnología en el móviles son numerosas. Con sólo acercar el teléfono a un terminal podrá funcionar como monedero electrónico o tarjeta de crédito; en teoría también podría hacer las funciones de llave electrónica para acceder a la vivienda o a cualquier otro lugar, incluso arrancar el coche; para el intercambio de información personal y como tarjeta de visita, como iniciador de otros protocolos de comunicación, etc.

Sin embargo se trata de una tecnología a futuro y falta aún un tiempo para que tales usos se generalicen. Entre otras cosas, primero es necesario que se establezca un estándar NFC y que éste sea adoptado masivamente por los dispositivos móviles, de la misma firma que actualmente incorporan Bluetooth o WiFi.

En España operadoras y entidades bancarias ya han iniciado proyectos piloto relacionados con los pagos desde el móviles, pero según Telefónica su implementación masiva requiere aun período entre 3 y 5 años.

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