Por @Wicho — 4 de mayo de 2015

Uno de los frente abiertos en los Estados Unidos en la lucha por los derechos de los usuarios frente a la protección de la propiedad intelectual es en la lucha que mantiene la Electronic Frontier Foundation contra los fabricantes de automoción.

Se trata de evitar que usen el software de a bordo para evitar que los dueños de los vehículos puedan acudir al taller que ellos quieran o para evitar que instalen accesorios no aprobados por la marca y cosas así.

Porque la cosa está alcanzando extremos tan ridículos como que John Deere, la empresa que fabrica tractores y similares, está diciendo que un tractor es en realidad un sistema de software con componentes mecánicos.

Cory Doctorow habla de este asunto en Do you ever really own a computerized device?, ¿Eres alguna vez propietario de un dispositivo informatizado?, y dice que todo esto no es más que otro ejemplo de abuso de las leyes de propiedad intelectual: es como si tú no compraras tu coche sino una licencia para usarlo.

Pero esto, dice, es muy preocupante en una Internet de las Cosas en la que cada vez más dispositivos están conectados a la Red:

Creo que es una idea realmente mala diseñar ordenadores para que desobedezcan a sus dueños. La idea de diseñarlos de tal forma que las personas que confían en ellos no pueden saber lo que están haciendo me parece francamente una idea terrible. Y creo que es una idea profundamente problemática para las democracias cuando a cada paso los ordenadores están más imbricados en nuestro mundo… Cuando tu termostato es un ordenador, cuando tu coches es un ordenador y cuando tu edificio es un ordenador, las maldades que se pueden hacer en un mundo que está hecho de ordenadores son realmente ilimitadas. En los Estados Unidos circulan un millón de coches pagados con créditos basura. Y tienen bloqueos del arranque, y si dejas de hacer un pago o circulas por un sitio en el que tu préstamo no lo permite, no puedes volver a encender el coche.

Pero esas cosas van a parecer calderilla si las comparas con, por ejemplo, cuando el dictador de Bielorrusia use un Stingray [un dispositivo que se hace pasar por una estación base de telefonía móvil pero que captura información del usuario de cualquier móvil que se conecte a ella] para ver quien va a una manifestación y entonces use los termostatos Nest de todo el mundo para apagar sus calefacciones esa noche en pleno enero y así congelar a cualquiera que se atreva a desafiar su autoridad.

Disfruto de mis cacharros como el que más –puede incluso que más que la mayoría– pero a veces estas cosas me hacen pensar si no será mejor empezar a correr hacia las colinas.

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