Bueno, digan lo que digan los los anuncios, los periódicos, revistas, etc. sobre el UMTS y la «tercera generación» de móviles/Internet, etc. la situación real es un poco patética. Contaré mi experiencia al respecto. Llega el verano y como tanta gente me voy de vacaciones. Entre junio y septiembre tengo planeado estar bastantes semanas en playas de Cataluña y de Asturias. Pero quiero aprovechar para «estar conectado» y preparar ciertos trabajillos que no pueden ser del todo «off-line», también para escribir bastante y documentarme sobre varios temas, de modo que necesito una conexión, y prefiero tenerla en mi casa que en algún cibercafé. Como en las casas del alquiler de la playa no hay ADSL y a veces ni línea de teléfono siquiera para enchufar el módem o pedir un ADSL, la idea que surge es ponerle una tarjeta UMTS/3G al portátil, que se supone que es para casos como este. Así que me voy a la tienda a preguntar.
Vodafone anuncia el UMTS/3G para empresas llamado Vodafone Mobile Connect, que es una tarjeta PC Card que enchufas al portátil (sólo Windows) y te da conexión permanente, a 384 Kbps que no está mal (pero no son los 2 Mbps que «parecía» que iban a tener). La tarjeta cuesta 199 euros, que es algo carilla, pero bueno, digamos que como un router. Hay que hacer un contrato, como si fuera un teléfono nuevo. En vez de por tiempo, el tráfico se paga por MB de transmisión (recepción se supone, pero igual es en ambos sentidos). Hay bonos de 50 MB por 25 euros y cosas así, los megabytes extras se pagan entre 0,50 y 1 euro dependiendo del plan. Suena caro de narices, pero si uno se limita a conectarse al correo, leer algunos feeds RSS y navegar de forma tranquila sin hacer burradas ni bajar ficheros enormes entra dentro de lo razonable (tal vez pagas 40 ó 50 euros al mes máximo, que es como el ADSL de tu casa, por unos 100 ó 150 MB). Estas tarjetas UTMS requieren «cobertura» como los teléfonos normales, pero es mucho más limitada porque el invento es reciente, lo de siempre. Al menos funcionan de modo que si no tienes cobertura pasan al modo GPRS para el que siempre existe cobertura (si no hay, es porque estás en una gruta o similar).
Lo malo malísimo: resulta que en Vodafone el contrato mínimo es de 18 meses (!!!) y la fórmula de contrato mínima son 15 euros al mes para 25 MB. Esto es un abuso de narices: ¡un año y medio! 270 euros mínimo, aparte de los 199 de la tarjeta. Yo sólo lo quiero para las vacaciones, dos o tres meses, porque luego no lo usaré en la ciudad o sitios a los que vaya (reuniones, conferencias) donde ya habrá ADSL y Wi-Fi abiertos, lo quiero sólo para la playa. Bueno, y luego sucede algo realmente estúpido: en las playas a las que voy a ir, como son pueblecitos y no ciudades principales, no hay cobertura UMTS. (La dependienta muy amable me ha mirado todos los mapas, además ella también era de Asturias y tenía un amigo en el pueblo al que suelo ir, hasta le ha llamado para preguntar). De modo que como allí no hay cobertura UMTS sólo se puede conectar vía GPRS. Para ese viaje no hacen falta tantas alforjas: para GPRS puedo utilizar mi teléfono Nokia 6600 haciendo de «módem» y comprarme algún bono de GPRS normal y corriente, y aunque vaya más lento me funcionará seguro. Esa es una gran paradoja del asunto: sólo hay UMTS en las ciudades principales, pero en esos sitios ya hay Wi-Fi abierto en casi cualquier lugar, o ADSL, y la conexión es virtualmente gratis.
Sólo he investigado de momento en la tienda de Vodafone porque creía que Movistar no vende eso, peor parece que sí lo venden (ver Movistar Internet GPRS y UMTS/3G) aunque necesitas un teléfono UTMS, y también Amena tiene 3G, así que intentaré enterarme de algo más para contarlo. (Por cierto las webs de todas estas empresas de telefonía móvil merecerían varios premios especiales QueWeb.)
En fin, si alguien tiene ideas acerca de esta situación (te vas a la playa un mes sin conexión ni línea de teléfono) y posibles soluciones, que lo cuente en los comentarios. A este paso, me veo en el cibercafé como mejor alternativa.
