Evan Williams, más conocido por ser uno de los creadores de Blogger (y ex-Google) ha puesto a la venta el servicio de podcasting Odeo. Las métricas distan de ser espectaculares: 700.000 visitantes únicos al mes, que hacen tres millones de páginas vistas, con unas 1,5 millones de reproducciones de podcasts. Dice que hoy en día hasta en eBay se han visto ventas de proyectos Web 2.0, algunas relativamente exitosas (otros «negocios» valen poco más que lo que valga el dominio). Odeo llegó a tener catorce empleados, empezó con unos 200.000 dólares y luego consiguió un millón procedente de ángeles inversores, que luego triplicaron en valoración otros inversores de capital riesgo.
El propio Ev contó en una conferencia hace tiempo «por qué la cagaron con Odeo» pero parece que la razón del abandono es que Ev, Biz y el equipo de Obvious (su empresa) quieren concentrarse en Twitter que sí que parece estar teniendo más éxito enganchando y divirtiendo a la gente (aunque del «negocio» no se sabe mucho, en una actitud muy webdoscerista).
Me registré en Twitter hace semanas para mirarlo pero sólo de pensarlo me pareció demasiado estresante: es como bloguear al instante todo lo que te sucede. A mi personalmente hasta el chat y la mensajería instantánea me parecen demasiado «instantáneos» y no los uso, soy más asíncrono y tranquilo que eso. Pero la instantaneidad y fractalidad de Twitter a la hora de bloguear lo cotidiano parece que son atractivas para otras muchas personas.
Lo más curioso del asunto es que Twitter nació como «proyecto colateral secundario» mientras hacían Odeo, así que igual estamos ante otro efecto de «producto secundario que sobrevive al principal». A Blogger le pasó lo mismo en su día, y no es el único de este tipo.
Ahora Twitter lo controlan únicamente dos personas a tiempo completo.