Por @Alvy — 13 de febrero de 2006

El artículo Blog Buzz on High-Tech Start-Ups Causes Some Static del Wall Street Journal causó cierto revuelo en los últimos días. La periodista del WSJ básicamente explicaba que tras el anuncio sobre nuevos inversores en FON muchos bloggers se hicieron eco de la noticia además de los medios tradicionales. Bloggers que según el WSJ han demostrado que la «influencia de los blogs» es cada vez mayor, al tiempo que según la autora abre el debate sobre posibles «conflictos de intereses» entre bloggers y empresas. Algo no muy distinto al debate que siempre se ha mantenido relativo a periodistas y empresas.

El artículo tenía a FON como hilo conductor. Era ciertamente público que esos bloggers que menciona el WSJ eran parte del consejo de asesores de FON, del que yo también formo parte, como se indica en la web de la empresa. Ese tipo de puesto, no ejecutivo, se denomina advisor en inglés, consejero o asesor en castellano. Como es obvio, un puesto de ese tipo suele ofrecer cierta compensación económica, aunque sea «futura» o en forma de acciones en vez de como un pago o un sueldo. En el caso de FON no es precisamente ningún secreto cuál es dicha compensación. Para los que han seguido la evolución de la empresa, Martín Varsavsky, el promotor de FON, ha blogueado con mucho detalle el día a día de FON incluyendo cada incorporación al equipo. Además de eso, en una mesa redonda sobre blogs y empresas surgió esa misma pregunta sobre la relación de bloggers con la empresa, y expliqué exactamente lo mismo.

Aquí en Microsiervos, que es mi blog personal junto con mis amigos, ya hice público que aceptaba la invitación al consejo de FON hace meses, en octubre. Y al hacerlo, añadí mi relación con FON a mi página Acerca de Alvy donde tambíen se detallan otras empresas en las que participo como propietario/socio o como consejero asesor. Cada vez que he considerado oportuno escribir sobre FON porque había algo interesante que contar, he incluido el aviso aclaratorio oportuno. Y también aclaré que Nacho y yo (ambos socios de Internality) creamos para FON hace ya meses tanto su sitio web principal como los weblogs y los foros. Ese trabajo acabó hace algunas semanas y ahora estamos dedicados a otros proyectos, aunque yo sigo asesorando a FON desde el consejo.

Martín Varsavsky ya ha contestado al artículo del WSJ y posteriormente ha ampliado su punto de vista en otra anotación. Hay otras respuestas de otros advisors de FON como David Weinberger y David Isenberg.

El WSJ se centraba únicamente en los consejeros de FON estadounidenses que además bloguean. En la blogosfera española ha habido por imitación cierto eco sobre el mismo asunto, intentando trasladar el asunto a quienes participamos en el proyecto FON y escribimos en español en nuestros blogs.

Para que quede claro, el resumen del asunto tal y como yo lo veo es este: todos los que blogueamos y tenemos relación con FON lo hemos aclarado explícitamente en nuestras anotaciones personales. Eso me ha parecido siempre necesario para aclarar cualquier posible «conflicto de interés» y para hacer ver que la «objetividad» (aunque un blog personal no tenga las mismas reglas que el New York Times) de un autor puede verse afectada por ello. Al fin y al cabo, un blog es algo personal y subjetivo debido a las circunstancias de cada uno. Pero de todos modos hay aclarar esos posibles «conflictos de interés». En mi caso, lo hice ya hace meses, y lo he recordado en cada post, que es lo pertiente. Algunos consejeros lo indicaron simplemente dicendo que eran advisors, consejeros o asesores, lo cual creo que es también es más que suficiente. Se cumplió con la regla de que cada cual escribe lo que quiere y cuando quiere, en mi caso lo que considero relevante sobre FON, pero mencionando siempre el posible conflicto de intereses para evitar confusiones y malentendidos a los lectores.

Todo esto de los avisos y aclaraciones se hace normalmente en la industria y en círculos periodísticos con una nota llamada «full disclosure» o aviso, relativo a la aclaración o disclosure que haya venga a cuento. Es un texto de este tipo: «Aviso: si lees esto sobre la empresa XYZ, que sepas que trabajo / participo / soy-empleado / soy-accionista / me-debe-dinero / etc. la empresa XYZ, de modo que lo que escribo puede que esté influenciado por esa relación.»

El full disclosure es en cierto modo similar (pero también muy distinto) a cuando un blog, una web o un periódico insertan publicidad comercial de un anunciante y la ley dice que debe incluir el letrero «publicidad» para que el lector distinga el anuncio del contenido y no haya confusión. Obviamente una anotación personal contando cosas de un proyecto en el que participas no es publicidad comercial pagada por un anunciante. Pero si además está explícitamente aclarada esa relación con la empresa, mucho menos puede calificarse como «publicidad comercial encubierta». Reconozco que sobre esto de la publicidad existe un problema de definición sobre lo que cada persona considera que es o no es «publicidad comercial». Pero, bueno, ese es mi punto de vista y aunque sé que otra gente opina diferente, no comparto esa otra interpretación, aunque la respeto. A mi no me han pagado por insertar publicidad en mi blog, es así se sencillo.

Eduardo Arcos que también forma parte del equipo FON, dió también su punto de vista: En cuanto al WSJ, FON y los bloggers:

No es que FON pague a los bloggers, se trata de que muchos de los que trabajamos en FON tenemos un blog, los cuales son nuestros y podemos hacer lo que nos da la gana con ellos.
Y sobre ese «cómo hacerlo» escribió Octavio Rojas, que es experto en el tema de los blogs, las relaciones públicas y la prensa, lo explica así de claro:
FON disipa las dudas de muchos blogueros y de otras tantas empresas en torno a cómo gestionar sus relaciones. Transparencia, esa es la clave. Todos los blogueros con intereses en FON han revelado desde el principio su relación con la empresa y eso no ha molestado a sus lectores (...) En la blogosfera, el dinero y la empresa no tienen que estar reñidos con la credibilidad ni con la relevancia.
Julio Alonso, que tiene empresa, un montón de grandes blogs y que vive cada día estas situaciones -y con quien como es público comparto algunos puntos de vista pero no otros, sobre distintos temas- ha explicado muy bien cómo ve este caso en concreto en su post titulado Terremoto FON, especialmente el porqué de algunos «ataques» malintencionados (recomiendo leerlo).

Ha habido gente que ha aprovechado el artículo de WSJ para embestir atacando con posts malintencionados un montón de cosas: FON, Microsiervos, los Búhos Ad-Free Blogs, que si Microsiervos no tiene comentarios, y por supuesto a mi personalmente. Es una mezcla de cosas bastante dispares metidas en un mismo saco. Quienes provocan con esos ataques malintencionados es obvio que no quedarían satisfechos con ninguna explicación, como ya sabemos por experiencia. Es significativo que en ninguno de esos posts haya habido nada en positivo, como por ejemplo explicar cuál habría sido una «mejor forma» de haber tratado las noticias (o por qué no habría que haberlas tratado, si acaso). Martín, en un ejercicio de autocrítica, apenado por la reacción del WSJ y de algunos bloggers, dice que tal vez la próxima noticia se la cuente primero a los medios tradicionales, antes de «bloguearla» y esperar que otros lo blogueen. Pero, la verdad, dudo que eso haga desaparecer las provocaciones y ataques malintencionados.

Como dijo sabiamente Kirai (el «fonero en Japón») parece que FON ya está en esa situación a la que llegan algunas empresas, cuando pasan de ser «indiferentes» y entran en un ciclo en el que «hay gente que las odia y hay gente que las ama.»

Ante el odio y el estilo troll y provocador de algunos de esos ataques (por suerte sólo de unos pocos, aunque parece habitual en ellos) sólo una cuestión para meditar, a añadir al recordatorio obligatorio: A veces es más importante averiguar el porqué de la provocación más que perderse en lo que va contando el provocador. Creo que eso explica muchas cosas sobre la verdadera naturaleza humana.

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