Por Nacho Palou — 31 de julio de 2007
The End of Everything es una entretenido ejercicio de especulaciones sobre cómo y cuándo podría terminar todo: la Humanidad, la vida, el Sol y el planeta Tierra, el Sistema Solar, la Vía Láctea, la materia... el fin de todo en el Universo, del conocido y del especulado.
Si te sirve de consuelo en realidad no tenemos mucha idea de cómo son realmente las cosas ahí fuera; prácticamente todo son modelos, teorías, hipótesis, fórmulas sobre papel y otros recursos de la Ciencia que consiguen que parezca que sabemos un montón de todo. De modo que todas las teorías de “el-final-de-lo-que-sea” del artículo son suposiciones basadas en lo que suponemos que podemos suponer. También ocurre que hay tantos ceros en los plazos de tiempo calculados que tales eventos ni siquiera sirven de excusa para dejar de lado tus tareas de bricolaje pendientes.
Mi favorita es “El fin de la Vía Láctea” porque tal y como se expone tiene toda la pinta de que sería un buen espectáculo de choque de galaxias. Vendría a suceder dentro de 2.000 millones de años.
End of the Milky Way — Las galaxias colisionan continuamente. Chocan y se arrancan unas a otras jirones enormes de material estelar. Probablemente la otra parte en el choque de la Vía Láctea será la vecina Andrómeda [para aumentar el interés decir que su nombre completo es Gran Galaxia de Andrómeda y que se dirige directamente hacia nosotros a 120 km/s]. Los agujeros negros latentes en el centro de ambas galaxias despertarán y comenzarán a engullir todo a su alrededor. Tras las colisión ambas galaxias seguirán chocando y chocando hasta fusionarse y convertirse en una nueva galaxia totalmente distinta y con dos agujeros negros orbitando entre sí. El proceso de fusión duraría unos 7.000 millones de años.
Y lo mejor es que durante el evento (y depués de) la Tierra podría seguir existiendo, aunque parece que un tanto descolocada respecto a su posición actual en la Vía Láctea. Por tanto podría mantener observadores con asientos de primera fila para asistir a tal espectáculo. Sin duda serían unos bonitos fuegos artificiales.
Menos espectacular pero más manejable mentalmente en nuestras escalas del tiempo sería el fin de la humanidad como especie. También es el único tipo de final del que tenemos pruebas ha sucedido por aquí con anterioridad y en más de una ocasión a juzgar por el registro fósil.
Tanto por catástrofes naturales como por catástrofes provocadas por el hombre que la Humanidad es “terminable” es una posibilidad más o menos accesible en forma y tiempo. El 99% de todas las especies distintas de seres vivos que han existido se han extinguido de un modo u otro y antes o después (dando a la palabra biodiversidad una nueva dimensión), aunque antes hayan habitado la tierra durante decenas o incluso centenas de millones de años. De momento ninguna forma de vida es infinita.
Se calcula que actualmente viven el 6% de todos los humanos que han vivido sobre la Tierra, que habrían sido unos 100.000 millones en total —otros cálculos elevan ese porcentaje al 10% y por tanto reduce el total de seres humanos que han existido. Esto depende, entre otras cosas, de lo que contabilices como “ser humano”.
Según El Argumento del Apocalipsis si se asume por probabilidad que ya han nacido más que otra cantidad la mitad de todas las personas que vivirán, hay un 95% de posibilidades de que la Humanidad se extinga por sí misma en unos 9.000 años, allá por el año 11.000. De nuevo es una argumentación basada en probabilidades y en estadística, pero ahí queda. También se conoce como la Catástrofe de Carter, aunque ante tal panorama probablemente “catástrofe” sea un eufemismo.
También en este sentido la tecnología nos ha ayudado a ser más rápidos y eficaces: acotando la teoría de la Catástrofe de Carter a la era de las armas nucleares hay un 95% de posibilidades de que la extinción de la especie humana suceda en los próximos 1.000 años. Otros apuntan a un 50% de posibilidades de que suceda en los próximos 50 años.