Agosto2009

Por @Wicho — 31 de agosto de 2009

A Patrick Blanc de niño le gustaba cultivar plantas en su dormitorio colgándolas de la pared y sumergiendo sus raíces en peceras en las que diluía fertilizante.

Ahora, de adulto, sus jardines verticales o muros vivos se han vuelto mucho más grandes y cubren fachadas enteras de edificios, pero siguen manteniendo el mismo principio de funcionamiento:

Fachada del hotel Athenaeum
Fachada del hotel Athenaeum en LondresCaixaForum en Madrid
CaixaForum en Madrid

Unas rejillas de aluminio cubiertas de plástico se fijan al muro y a su vez son cubiertas con una capa de fieltro sintético en el que las plantas pueden enraizar, mientras que un sistema de riego automático se encarga de mantener el fieltro húmedo con una solución similar a la del agua que cae de las cubiertas vegetales de los bosques.

Para tener en cuenta la distinta cantidad de luz que reciben las plantas que están más arriba o más abajo en la fachada en los jardines verticales que se instalan en el exterior se plantan distintas especies según la altura, aunque también es posible instalarlos en el interior si se usa un sistema de iluminación adecuado.

Estos muros vegetales tienen la ventaja de que actúan como aislante térmico tanto en verano como en invierno, reduciendo la necesidad de usar aire acondicionado y calefacción, además de servir para purificar el aire como cualquier otra zona verde, y por lo visto también son capaces de reciclar las partículas contaminantes que acaban atrapadas en la cubierta de fieltro, ya que acaban por ser descompuestas y funcionar como fertilizante.

(Vía Wired).

Anotaciones relacionadas:

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Por @Wicho — 31 de agosto de 2009

Alan TuringAlan Turing fue una de las figuras clave en el trabajo de Bletchley Park para descifrar los códigos utilizados por el ejército alemán durante la segunda guerra mundial, algo que como poco contribuyó a acortar en algunos meses la guerra.

Antes de la guerra ya había publicado On computable numbers, with an application to the Entscheidungsproblem, un trabajo que ha sido fundamental para el desarrollo de la informática tal y como la conocemos hoy en día, pues en él se describe lo que ahora se conoce como máquina de Turing, que es el modelo en el que se basan todos los ordenadores.

Después de la guerra diseñó el Automatic Computing Engine, un ordenador electrónico de programa almacenado en memoria que podía haber sido uno de los primeros ordenadores modernos del mundo, y más tarde trabajó en el desarrollo de un lenguaje de programación del Manchester Mark I.

Pero desafortunadamente para la época en la que le tocó vivir Turing era homosexual, lo que a principios de los 50 en el Reino Unido se consideraba delito, por lo que cuando su condición sexual se hizo pública Turing fue juzgado y condenado sin que importaran en nada sus contribuciones científicas ni a la lucha contra los nazis.

Esta condena hizo que se viera apartado de los proyectos considerados más sensibles al serle retiradas sus credenciales de seguridad, y además Turing escogió seguir un fuerte tratamiento hormonal a cambio de no ir a la cárcel y poder permanecer en libertad condicional.

Y aunque no hay pruebas de que esto fuera así ya que no dejó ningún tipo de nota al respecto, hoy en día se da prácticamente por seguro que el verse apartado de su trabajo y los efectos del tratamiento con estrógenos lo llevaron a tomar la decisión de suicidarse el 7 de junio de 1954.

Desde entonces Turing permanece prácticamente olvidado por el país que lo vio nacer, donde apenas hay una placa que indica la casa en la que vivió y una calle que lleva su nombre, así que hace unos días, John Graham-Cumming ha puesto en marcha un par de iniciativas para intentar poner remedio a esto.

Placa de la casa de Alan Turing por Joseph Birr-Pixton
Alan Turing 1912-1954 Fundador de las ciencias de la computación y criptógrafo, cuyo trabajo fue clave para descifrar los códigos Enigma durante la guerra, vivió y murió aquí - Foto CC por Joseph Birr-Pixton

Por un lado, ha remitido una carta a la reina Isabel II, Letter to Her Majesty The Queen, en la que pide que Turing sea nombrado caballero a título póstumo, y por otra ha iniciado una petición para que el primer ministro se disculpe formalmente por el proceso llevado a cabo contra Turing.

Graham-Cumming tiene muy pocas esperanzas de que Turing vaya a ser indultado o de que se le vaya a conceder el título, pero como él mismo dice, y no puedo estar más de acuerdo, «Lo más importante para mi es que la gente oiga hablar sobre Alan Turing y que se de cuenta de su increíble impacto en el mundo moderno, y de cuán terrible fue el impacto de los prejuicios en él».

(Vía Slashdot).

Actualización: Jaime acaba de llegar de vuelta de Londres, donde se alojó en el hotel The Colonnade, que está en el edificio que fuera la casa natal de Turing, lo que se conmemora otra placa.

{ Esta anotación está licenciada bajo Creative Commons (CC) }

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Por Esther — 31 de agosto de 2009

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Pere Domènech, pastor que también controla el material combustible del Bosque de Poblet con su rebaño. Imagen: Cortesía de Joan Puig.

Un ingeniero forestal y un pastor de cabras me enseñaron hace unos días sobre el terreno la diferencia entre un bosque cuidado y uno dejado a su suerte. No es un bosque cualquiera, sino uno con 800 años de historia. El Paraje Natural Protegido del Bosque de Poblet, de los antiguos dominios del monasterio de Poblet, seleccionado recientemente por la UE como caso de estudio de bosque mediterráneo poco perturbado por la mano del hombre.

Los protagonistas: Joan Llagostera, actual director del Paraje, es un ingeniero forestal con 30 años a pie del cañón. Pere Domènech es un pastor de Vimbodí, hijo de pastores. Su padre ya abandonó porque el rebaño no daba lo suficiente, pero a los 19 años, "compré una oveja, parió y aquí sigo hasta que aguante el cuerpo", explica.

El rebaño de Pere son 400 cabras y alguna oveja. "Vienen los niños en autobús a verlas, muchos no han visto un cabritillo en su vida", comenta. Cobra lo mismo que 20 años atrás por kilo de carne, "sin tener en cuenta que son animales libres, criados en la naturaleza, no en granjas que son como campos de concentración".

Pastor. Uno de los oficios más antiguos, que desaparece poco a poco por lo duro de sus condiciones y lo exiguo de sus beneficios. A Joan le preocupa que se pierda la agricultura y el pastoreo. "Una cultura milenaria acumulada durante generaciones que se rompe con cada abandono y que multiplica el riesgo de incendios por la dejadez del territorio".

Joan fue uno de los artífices de relacionar a la Federación de Asociaciones de Ovino y Cabruno con Medio Ambiente de la Generalitat. Entre todos, diseñaron un plan piloto que se inició en el 2002. Así, 5 pastores de 5 zonas naturales protegidas catalanas reciben 60 euros anuales por hectárea que limpia su rebaño, bajo la tutela de ingenieros forestales. Joan supervisa la labor de Pere.

Previamente, se hace un tratamiento de silvicultura para marcar las zonas de pastoreo, aclarar el bosque y favorecer así la biodiversidad. "Tiene que haber bosque abierto, cerrado y cultivo. Antiguamente, hombre y naturaleza se entendían mejor. El hombre vivía de ella y por tanto, la cuidaba", resume Joan.

Desbrozar el bosque con métodos artificiales cuesta 350 euros por hectárea, sin tener en cuenta que no todo el mundo sirve para manejar herramientas que "se desafilan si tocan el suelo una sola vez", puntualiza el ingeniero.

Los pastores también se ocupan del mantenimiento de las infraestructuras antiincendios. El convenio vencerá de aquí a un año y no está claro si se renovará o no, aunque el balance es muy bueno para todas las partes, sobre todo, para el bosque.

Es una buena prueba de la efectividad de mantener el bosque limpio, porque todos sabemos que la lucha contra los incendios se gana en invierno, no en verano. No sirve de excusa decir "no hay recursos suficientes" y luego tener que gastar mucho más cuando el mal ya está hecho.

Por ejemplo, una hora de un helicóptero cuesta 600 euros, según los pilotos que he consultado o limpiar los barrancos de Horta de Sant Joan quemados por el incendio mortal del 20 de julio, más de 80.000 euros. Así que otra vez la pregunta: ¿Hidroaviones o cabras?

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Por Nacho Palou — 31 de agosto de 2009


La población de leones africanos ha descendido desde los 400.000 individuos que había en 1950 a los entre 16.500 y 47.000 que se calcula hay actualmente.

10 animals on the verge of extinction, galería fotográfica de diez especies de animales al borde la extinción según los cálculos del número de individuos que sobreviven en condiciones salvajes y el ritmo de descenso en la población: oso polar, león, tigre, elefante, guepardo, gorila, ballena azul, orangután...

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