Diciembre2011

Por @Wicho — 31 de diciembre de 2011

Impresión artística de las sondas en funcionamiento - NASA
Impresión artística de las sondas en funcionamiento - NASA

Mientras por aquí nos preparamos para despedir el año, en la NASA hay un equipo al que le ha tocado trabajar, ya que entre esta noche y mañana las sondas de la misión GRAIL llegan a la Luna y tienen que realizar su maniobra de inserción orbital: NASA Twin Spacecraft On Final Approach For Moon Orbit.

Tras casi tres meses de viaje desde su lanzamiento, la GRAIL-A comenzará su maniobra de inserción a las 22:21, hora de España (UTC +1), mientras que su gemela, la GRAIL-B, hará lo propio a las 23:05 del día 1.

El objetivo de la misión es medir el campo gravitatorio lunar de la cara visible con 100 veces más precisión que las mediciones de las que disponemos en la actualidad y el de la cara oculta con 1.000 veces más precisión.

Para ello ambas sondas darán vueltas a la Luna en una órbita prácticamente circular de 55 kilómetros de altitud que pasa prácticamente por ambos polos lunares.

Esta órbita además tiene que ser muy precisa porque será precisamente gracias a la variación de la posición relativa de ambas sondas entre ellas y respecto a la Tierra de dónde se saque la información acerca del campo gravitatorio de la Luna.

De hecho, los instrumentos principales de la misión funcionan como si de una especie de GPS lunar se tratara, lo que permite a ambas determinar con mucha precisión su posición y altura, compararlas, y así ver cómo las está modificando el campo gravitatorio lunar.

Hay una cuenta no oficial de las sondas en Twitter, @Grail_101, en la que se puede seguir el proceso.

Actualización 2 de enero de 2012: las dos sondas realizaron sus maniobras de inserción orbital sin problemas y ya se les puede seguir desde el navegador mientras ajustan sus órbitas para comenzar la recogida de datos.

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Por @Alvy — 31 de diciembre de 2011

Tan solo una de cada 10.000 personas tienen esta capacidad casi sobrehumana: el denominado oído absoluto (en inglés, perfect pitch). Básicamente consiste en la habilidad para identificar una nota musical sin ningún tipo de referencia externa, e incluso cantarla – lo cual suele ser un poco complicado debido a cómo funcionan las escalas y las notas musicales.

La gente que posee oído absoluto –se nace con ello– puede identificar generalmente una o varias notas a la vez, por ejemplo en un acorde de piano o guitarra; en el vídeo puede verse cómo lo hacen sin problemas con algunos ejemplos. También pueden identificar a qué nota corresponden ruidos como las sirenas de las alarmas o el timbre o la bocina de una bicicleta o un coche.

En el mini documental del vídeo también explican que el oído absoluto generalmente se considera una bendición pero a veces se torna en una maldición: imagina ir a un concierto y oír perfectamente cómo desafinan los músicos, o cómo algún instrumento suena en la escala equivocada… Es algo que puede volverse insoportable para alguien con el oído perfecto. A veces, dice uno de ellos, «preferiría poder activarlo y desactivarlo en mi cabeza».

Debido a las ventajas que confiere este peculiar superpoder, muchos de los que lo poseen se han dedicado al mundo de la música: dicen que Mozart, Beethoven y Chopin eran algunos de los más famosos; Stevie Wonder, Barbra Streisand o Mariah Carey están entre los contemporáneos. De los más cercanos, tal vez la más conocida sea Ana Torroja, de Mecano, cuya biografía en la Wikipedia estaba leyendo cuando descubrí lo que era este curioso fenómeno.

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Por @Wicho — 30 de diciembre de 2011

En el último consejo de ministros del año, y a pesar de aquello que había dicho Mariano Rajoy de que «hablarían con todas las partes implicadas antes de tomar una decisión», ha aprobado el reglamento de la Ley Sinde [PDF 2,4 MB], aunque quizás a partir de ahora debería ser Ley Sinde-Wert.

Es igual que en otros países este tipo de leyes hayan demostrado ser inútiles, es igual que en países como Suiza y Holanda, cuarto y décimo en la lista de los países que mejor protegen la propiedad intelectual se haya comprobado que las descargas no suponen perjuicio alguno para los creadores; es igual que el Consejo General del Poder Judicial se haya opuesto a la aprobación de esta ley.

Es mentira que sólo sólo se vaya a aplicar «con protección judicial, frente a quienes indebidamente hacen negocio contra la piratería», pues aunque el gobierno pudiera haberla aprobado con esa intención –y estoy siendo muy generoso en esta apreciación– nadie puede controlar el uso que se vaya a hacer de ella después.

Y teniendo en cuenta que el párrafo 2e del artículo 17 del reglamento dice que para utilizarla los titulares de derechos tendrán que justificar la concurrencia de «ánimo de lucro o de un daño causado o que podría causarse a los titulares y que no tengan obligación legal de soportar», es como para preocuparse.

El problema es que todos los que tenemos un mínimo conocimiento de cómo funciona esto de Internet, y como ya se ha visto en otros países, sabemos que esta ley no va a funcionar ni va a solucionar los problemas de la «industria cultural», y eso da miedo…

Así, que todo parece indicar que 2012 será un año duro, en el que habrá que ir convirtiendo al Manual de desobediencia a la Ley Sinde en una de nuestras lecturas de cabecera.

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