Junio2021

Por @Wicho — 30 de junio de 2021

Virgin Orbit ha conseguido lanzar con éxito un nuevo cohete LauncherOne. Es el segundo lanzamiento con éxito de este tipo de cohete. Bautizada como Tubular Bells, Part One¹ la misión, que la empresa la considera como el primer lanzamiento operativo del cohete, ha puesto en órbita cuatro cubesat para el Space Test Program del Departamento de Defensa de los Estados Unidos; el satélite Brik-2 de la Real Fuerza Aérea Neerlandesa; y dos satélites de observación terrestre Stork de la empresa polaca SatRelvolution, la primera empresa privada en contratar un lanzamiento con Virgin Orbit.

El LauncherOne es un cohete de dos etapas de combustible líquido que puede colocar hasta 300 kg en órbita sincrónica al Sol o hasta 500 en órbitas de baja inclinación. Mide 21 metros de largo y pesa 30 toneladas al lanzamiento. Es lanzado desde el aire por un avión nodriza que lo lleva hasta una altitud de unos 9.000 metros. Se encarga de ello el Cosmic Girl; un Boeing 747 convenientemente modificado para poder portarlo bajo su ala izquierda entre el fuselaje y el motor número dos.

En este sentido es similar al Pegasus de Northrop Grumman. Pero el Pegasus usa combustible sólido, lo que lo hace menos flexible, pues ese tipo de motores una vez que se encienden no se pueden parar, mientras que la segunda etapa del LauncherOne soporta varios encendidos, lo que permite colocar distintas cargas en distintas órbitas.

Cosmic Girl durante la carrera de despegue – Virgin Orbit
Cosmic Girl durante la carrera de despegue – Virgin Orbit

El coste por lanzamiento del LauncherOne se estima en unos 10–12 millones de dólares. Así que ahora viene el momento de demostrar su modelo de negocio. En especial teniendo en cuenta que se estima que Virgin Orbit ha invertido entre 500 y 750 millones de dólares para llegar a estar lista para el primer lanzamiento. Y esa es una inversión muy grande a recuperar.

La empresa planea otro lanzamiento más este año desde el aeropuerto de Mojave, aunque espera aumentar la frecuencia de lanzamientos el año que viene con hasta seis programados. Uno de ellos será desde el Espaciopuerto de Cornwall, en Inglaterra, y otro desde la Base de la Fuerza Aérea Andersen en Guam, una isla del Pacífico occidental. Y es que precisamente una de las ventajas de lanzar desde el aire es que te puedes llevar el Cosmic Girl a cualquier lugar del mundo desde el que pueda operar un 747 –siempre que tengas los permisos adecuados– y lanzar desde allí.

Pero por ahora no tienen prisa porque están aprovechando el tiempo entre lanzamientos para estudiar los datos y hacer pequeños ajustes en los procedimientos y en el cohete. De hecho el lanzamiento del pasado 18 de enero fue el primero en el que obtuvieron datos aerodinámicos durante todo el vuelo; el primer lanzamiento de un LauncherOne en mayo de 2020 fracasó porque se rompió una de las conducciones de oxígeno líquido que alimentaban el motor de la primera etapa, que se paró al quedarse sin él. En cualquier caso con el de hoy han sido tres lanzamientos en 13 meses. SpaceX, por ejemplo, necesitó 29 meses para hacer sus primeros tres lanzamientos.

Está en Twitter como @VirginOrbit.

¹ Tubular Bells de Mike Oldfield fue el disco con el que se estrenó Virgin Records, la empresa con la que Richard Branson empezó a amasar su fortuna. Y la primera pista del disco era Tubular Bells Part One. Así que tiene un cierto sentido que haya dado nombre a la primera misión comercial de Virgin Orbit. Ahora falta por ver si seguirán usando nombres de pistas de discos de la «empresa madre».

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Por @Wicho — 30 de junio de 2021

El 5 de enero de 2020 el detector situado en Louisiana del Advanced LIGO y el detector Advanced Virgo en Italia detectaron un tren de ondas gravitacionales que se ha confirmado que fueron producidas en los instantes finales en los que una estrella de neutrones era absorbida por un agujero negro mientras ambos giraban una alrededor del otro. En una coincidencia cósmica de esas a las que nos van acostumbrando las ondas gravitacionales tan sólo 10 días después los dos detectores del Advanced LIGO y de nuevo Advanced Virgo captaban otro tren de ondas gravitacionales similar. Los detalles están en Una nueva fuente de ondas gravitacionales: sistemas binarios de una estrella de neutrones y un agujero negro (PDF).

En el primer caso, bautizado como GW200105, el agujero negro y la estrella de neutrones que lo originaron eran de aproximadamente 8,9 veces y 1,9 la masa del Sol. En el segundo, bautizado como GW200115, las masas eran de aproximadamente 5,7 y 1,5 veces la del Sol.

Desde que aprendimos a escuchar las ondas gravitacionales que recorren el universo habíamos escuchado los instantes finales de varios sistemas formados por dos agujeros negros. Y en un par de ocasiones los de sistemas formados por dos enanas blancas. Pero aunque su existencia llevaba predicha varias décadas es la primera vez que detectamos un sistema formado por una estrella de neutrones y un agujero negro (ENAN). Y dos veces en diez días. Es como de ciencia ficción. Pero sin ficción. Así por fin hemos visto los tres tipos de sistemas binarios que pueden formarse a partir de agujeros negros y estrellas de neutrones, que son conocidos como objetos compactos.

Una estrella de neutrones sobre Manhattan – Centro de vuelo espacial Goddard / NASA
Una estrella de neutrones puede tener varias veces la masa del Sol acumulada en un volumen muy pequeño como muestra esta impresión artística de una sobre Manhattan. De ahí lo de objetos compactos – Centro de vuelo espacial Goddard / NASA

El estudio de estos sistemas formados por objetos compactos nos permitirán saber más sobre el nacimiento, vida y muerte de las estrellas, así como sobre los entornos en los que se forman.

La existencia de las ondas gravitacionales fue predicha por Albert Einstein en 1916 en su teoría de la relatividad general. Pero hasta 2016, aunque había pruebas indirectas de su existencia, no pudimos detectarlas por primera vez gracias, precisamente a Advanced Ligo. Entonces se habló de que nos abrían una nueva ventana al universo, como así se está demostrando.

LIGO está en Twitter como @LIGO; Virgo como @ego_virgo.

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Por @Wicho — 30 de junio de 2021

Un avión de Iberia y otro de Air Europa – Iberia

Tras el anuncio del nuevo acuerdo de compra de Air Europa por parte de Iberia a principios de este año la operación fue comunicada a los servicios de Competencia de la Comisión Europea el pasado 25 de mayo para su preceptiva autorización. Pero en lugar de autorizarla sin más la Comisión ha decidido abrir una investigación en profundidad sobre ella.

La principal preocupación es que la operación propuesta pueda reducir significativamente la competencia en los vuelos entre setenta pares de ciudades de origen y destino dentro de España y hacia o desde este país entre los que las dos aerolíneas ofrecen servicios directos. De hecho IAG –la empresa matriz de Iberia– y Air Europa son las dos únicas compañías aéreas que las explotan varias de estas rutas. Y la Comisión tampoco tiene claro que en el resto de rutas en las que operan otras aerolíneas su competencia pueda ser suficiente.

Otra preocupación es el posible efecto de la operación propuesta en las rutas en que otras compañías aéreas dependen de la red nacional y de corta distancia de Air Europa para sus propias operaciones en el aeropuerto de Madrid y en otros varios aeropuertos de la UE. Sin los vuelos de enlace de Air Europa la Comisión teme que varias compañías aéreas puedan decidir suspender sus servicios a destinos internacionales también explotados por IAG, con lo que se reducirían las posibilidades de elección de los viajeros.

Los servicios de Competencia tienen 90 días desde que les fue comunicada la operación para emitir su veredicto, con lo que si no antes, el 5 de noviembre de 2021 deberían tener tomada su decisión.

No sé en lo que parará todo esto pero me parece estupendo que por lo menos lo vayan a mirar con detenimiento. Como usuario habitual de un aeropuerto pequeño aún recuerdo aquel día en el que mirando un desplazamiento a Madrid me costaba igual –hasta en los céntimos– volar con Iberia o con Spanair, en aquel entonces las dos únicas operadoras de la ruta en mi aeropuerto.

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Por @Wicho — 30 de junio de 2021

La tripulación de la Soyuz 11 durante uno de sus sus entrenamientos
La tripulación de la Soyuz 11 durante uno de sus sus entrenamientos

El 30 de junio de 1971 a las 2:16:52 UTC la cápsula tripulada Soyuz 11 aterrizaba en la estepa kazaja. Cuando pocos minutos después los equipos de tierra llegaron junto a ella se encontraron con la desagradable sorpresa de que los problemas del control de la misión para comunicarse con la tripulación no eran debidos a un fallo técnico sino a que Vladislav Vólkov, Gueorgui Dobrovolski y Víktor Patsáyev estaban muertos. Son, hasta ahora las únicas muertes en el espacio de un ser humano.

La Soyuz 11 había despegado el 6 de junio rumbo a la estación espacial Salyut 1, convirtiéndose así en la primera cápsula en acoplarse en ella después de no haber podido hacerlo la Soyuz 10. Vólkov, Dobrovolski y Patsáyev se convertían así en las primeras personas en vivir en una estación espacial. Establecieron también un récord de permanencia en el espacio.

Impresión artística de la Salyut 1 a punto de acoplarse con una Soyuz – Roscosmos
Impresión artística de la Salyut 1, en primer plano, a punto de acoplarse con una cápsula tripulada Soyuz – Roscosmos

Su misión se desarrolló de forma más o menos rutinaria salvo un incendio en el panel de control de los equipos científicos que casi obliga a una evacuación de emergencia el día 16– hasta que el día 29 tocó emprender el viaje de vuelta. Les costó varios intentos y aplicar bastante fuerza conseguir cerrar la escotilla de su cápsula de forma hermética, aunque finalmente lo consiguieron. Así que a las 21:35 la Soyuz 11 se separaba de la Salyut 1.

Después de detener la nave a unos cuantos metros de la Salyut 1 para fotografiarla los tres emprendieron por fin el camino de vuelta. Y fue en el momento de la separación del módulo de servicio y el módulo de descenso cuando ocurrió un desastre. Por un fallo del mecanismo pirotécnico de separación una válvula de menos de un milímetro que servía para igualar la presión entre el módulo de descenso y el exterior se abrió en el espacio, dejando que la atmósfera de su interior se escapara. La válvula tenía que haberse abierto sólo al alcanzar los 4 kilómetros de altitud la cápsula pero lo hizo a los 168.

A tenor de los registros del electrocardiograma de Patsáyev –era el único que llevaba un electrocardiógrafo– los tres debieron darse cuenta inmediatamente de lo que estaba pasando. De hecho su cuerpo apareció en una postura que indicaba que había intentado cerrar la válvula. Pero en pruebas que hizo Alexei Leonov después del accidente le fue necesario casi un minuto para hacerlo. Aunque la velocidad a la que se despresurizó la cápsula hizo que a los 20 segundos sus tripulantes estuvieran ya incapacitados por falta de oxígeno. A los 110 segundos de producirse la fuga –siempre según el pico registrado en las pulsaciones de Patsáyev– su corazón se detuvo. Para cuando el equipo en tierra los sacó de la cápsula e inició las maniobras de reanimación llevaban ya una media hora muertos, así que todos sus esfuerzos fueron inútiles. Habían muerto asfixiados.

El accidente costó un par de años de retraso al programa espacial tripulado soviético mientras se rediseñaba la cápsula; también hizo que desde entonces todas las tripulaciones lleven algún tipo de traje que les proteja del vacío en caso de despresurización. Y es que Vólkov, Dobrovolski y Patsáyev sólo llevaban monos de vuelo a bordo de su cápsula porque, simplemente, no cabían con los trajes espaciales disponibles en la época.

De hecho la Soyuz 11 era de la variante Soyuz 7K-OKS, a su vez una variante de la Soyuz 7K-OK, que como consecuencia de las muertes de Vólkov, Dobrovolski y Patsáyev fue sustituida por la variante por la Soyuz 7K-T en la que sólo cabían dos tripulantes con trajes espaciales Sokol. No sería hasta 198X cuando entrara en servicio la variante Soyuz-T, que gracias a equipos internos menos voluminosos volvió a permitir que volaran tres personas en ella con trajes Sokol.

La Soyuz 7K-OK tiene el dudoso honor de acumular las tres únicas muertes durante una misión del programa espacial soviético y luego ruso: la Soyuz 1, a bordo de la que murió Vladimir Komarov al estrellarse contra el suelo el módulo de descenso al final de la misión, también era una 7K-OK.

La escultura El astronauta caído de Paul Van Hoeydonck, depositada sobre la superficie de la Luna por la tripulación del Apolo 15, los homenajea, igual que a otros astronautas y cosmonautas fallecidos hasta entonces por diversos motivos.

El astronauta caído sobre la superficie de la Luna
El astronauta caído sobre la superficie de la Luna

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