Octubre2021

Por @Wicho — 31 de octubre de 2021

La Progress MS-18 maniobrando a su llegada a la EEI – Anton Shkaplerov/Roscosmos
La Progress MS-18 maniobrando a su llegada a la EEI – Anton Shkaplerov/Roscosmos

Después de su lanzamiento en la noche del 28 al 29 de octubre de 2021 la cápsula de carga Progress MS-18 ya está en la Estación Espacial Internacional. Se acopló al módulo Zvezda de forma automática a las 3:31:20, hora peninsular española (UTC +2) del día 30.

A bordo van 1.509 kg de suministros para la tripulación, la Estación propiamente dicha, y material para diversos experimentos; 470 kg de combustible; 40 kg de oxígeno y 420 kg de agua.

El oxígeno se usa para cuando hay que aumentar la presión parcial de oxígeno en la atmósfera de la Estación; el agua es para consumo de la tripulación, pero sólo sirve para el segmento ruso ya que usa distintos compuestos para purificación que el segmento estadounidense y de mezclarlas se formarían cristales que atascarían todo. El combustible será traspasado a los depósitos de la Estación para cuando necesite maniobrar. Aunque mientras la Progress MS-18 esté atracada a la EEI se pueden usar los motores de la cápsula para esas maniobras.

Configuración de la EEI tras la llegada de la Progress MS-18 – NASA
Configuración de la EEI tras la llegada de la Progress MS-18 – NASA

Está previsto que la Progress MS-18 permanezca atracada en la Estación hasta mediados de 2022 cuando terminará su misión con una reentrada controlada en la atmósfera cargada con material de desecho y ya no necesario.

El módulo Zvezda de la Estación lleva aislado del resto de la Estación desde la partida de la Progress MS-14 en abril de 2021 debido a una pequeña fuga de aire cuyo origen aún no ha sido localizado; habrá que seguir trabajando en ello para ver si es posible sellarlo de una vez.

Por su parte la Progress MS-17 se cambió hace unos días del puerto superior del módulo Poisk al puerto de atraque del módulo Nauka para comprobar el funcionamiento de los conductos de transferencia de combustible y el de los motores de Nauka. Y es que no hay que olvidar que al poco de la llegada de Nauka a la EEI sus motores dieron un susto al activarse de forma imprevista.

Esta previsto que la Progress MS-17 termine su misión el 24 de noviembre de 2021.

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Por @Alvy — 30 de octubre de 2021

Breve pero intenso resulta este minivideo de los robots Spot de Boston Dynamics imitando a Mick Jagger y al resto de los Rolling Stones de forma robótica en el mítico videoclip de Start Me Up (1981), que cumple ahora 40 años.

Me imagino que la captura de «poses» –que es como se llama técnicamente el asunto– la habrán hecho con un algoritmo de visión artificial; para el resto los robots se valen de sobra. La combinación no está nada mal, pero es que con esa banda sonora es imposible que algo salga mal.

Start Me Up tiene una historia curiosa, como casi todas las grandes canciones del rock. Aparte de eso también tiene su lado geek curioso, porque cuenta la leyenda que es la canción favorita de Bill Gates. El caso es que cuando se presentó Windows 95 en público, con su llamativo botón INICIO, a alguien se le ocurrió que sería buena idea usar la canción para abrir el espectáculo y en la campaña de márketing subsiguiente. Los Rolling recibieron 3 millones de dólares a cambio de los derechos de uso. Era era la primera vez que permitían que se usara una canción suya en una campaña publicitaria.

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Por @Alvy — 30 de octubre de 2021

Este precioso y didáctivo vídeo de Freya «Acegizmo» Holmér amenizado con relajante música de jazz es una explicación completa, matemática, geométrica y práctica de cómo funcionan las curvas de Bézier. Dado se utilizan para todo tipo de cosas en ilustración, tipografía y animación, desde mover una cámara a dibujar el trazado de una autopista o la curva de una letra S, está bien conocer sus fundamentos y, por qué no, las fórmulas de las que surgen.

Las curvas de Bézier sugieren radios de curvatura, tangentes, e incluso velocidades. Verlas dibujarse es bastante hipnótico y cuando se analizan matemáticamente se descubre que hay ecuaciones cuadráticas, cúbicas y de otro orden detrás de ellas.

El análisis visual es realmente llamativo, partiendo de dos puntos unidos por una receta, en la que se coloca un punto intermedio y cuyo valor se define como P, variando de 0 a 1 cuando va de un punto al otro. Lo más interesante es que esos dos puntos pueden convertirse en 3, 4 o más y las operaciones de colocar puntos intermedios, unirlos e irlos haciendo variar pueden repetirse una y otra vez de forma recursiva, lo cual va dibujando una suave curva al pasar del valor 0 al 1. Como esos cálculos son muy apropiados para el código de computadora, porque puede ser sencillo y reiterativo a la vez, es quizá una de las razones por las que sean tan populares.

Hay muchos niveles de curvas de Bézier, pero normalmente se utilizan las cúbicas. La forma de hacer los cálculos pasa por fórmulas como el algoritmo de De Casteljau, el polinomio de Bernstein y diversas derivadas de las que surgen valores como la «velocidad» y la «aceleración». También se explican métodos para calcular la longitud de los diversos arcos y otros detalles útiles.

La próxima vez que utilices software de dibujo o juegues a construir carreteras o examinar trayectorias «suaves», óptimas y elegantes, recuerda que probablemente hay una curva de Bézier en su interior.

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Por @Alvy — 29 de octubre de 2021

Un chaval que firma bajo el nombre de puzzLEGO se dedica a crear réplicas de objetos reales hechas con Lego. Y hace unos años comenzó con un proyecto ímprobo, construir un Cubo de Rubik de Lego. En este vídeo cuenta sus vicisitudes, comenzando por las complicaciones que encontró al principio y cómo fue resolviéndolas una tras otra hasta dar con una solución. Ha tardado años en completarlo y que funcione, el mérito es grande si duda.

El resultado es un cubo completamente funcional, en el que todas las piezas que lo componen están meticulosamente elegidas: desde el núcleo, que es como se llama a la pieza central sobre la que giran las seis caras a las aristas y esquinas. En total son 372 piezas de 26 tipos distintos, pero todas ellas originales de Lego. En sitios como Rebrickable se pueden comprar por un precio que está alrededor de los 30 dólares.

Como cubo de competición saltaría en pedazos, porque a la velocidad a la que se manipulan esos cubos el encaje y deslizamiento tiene que ser completamente preciso. En este Cubo Lego la construcción es también muy bastante precisa, pero las caras quedan un tanto sueltas y el cubo no deja de ser un poco frágil: las esquinas son demasiado «afiladas» y el encaje un poco irregular; algunas soluciones pasarían por lijar un poco las caras o utilizar algunos imanes, pero eso no tendría la misma gracia, aunque dice puzzLEGO que puede que lo pruebe.

Actualización (30 de octubre de 2021) – Juan nos comentó que hace poco se publicó una «versión 2» del mismo cubo, aunque con algunas modificaciones para que fuera más estable.

De aspecto no está nada mal, a pesar de las curiosas «caras circulares».

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