SLIM fotografiado por el rover LEV-2, cuyas ruedas se ven en primer plano a ambos lados de la parte inferior de la imagen – JAXA
No es sólo un titular más o menos poético, es que de hecho hace unas horas se ha puesto el Sol en la zona de la Luna en la que está el aterrizador japonés SLIM. Esto quiere decir que sus paneles solares ya no pueden producir electricidad, así que ha sido puesto en reposo con la esperanza de que pueda despertar cuando amanezca de nuevo.
Lo que pasa es que en la Luna los días y las noches duran dos semanas, así que hasta el 15 de febrero no volverá a salir el Sol para SLIM. Y como además quedó cabeza abajo tras su aterrizaje serán necesarios unos días más para que los paneles solares vuelvan a quedar iluminados. Así que hasta la última semana de febrero no sabremos si ha sobrevivido a la noche lunar.
Y no hay ninguna garantía de que lo vaya a hacer pues no tiene ningún calefactor que vaya a mantener su electrónica a una temperatura medianamente razonable durante la noche. Lo que es una diferencia enorme de los días terrestres que estuvo esperando a que sus paneles solares quedaran iluminados después del aterrizaje: en la Luna era de día, así que las temperaturas no eran tan bajas.
Pero en cualquier caso la misión ha sido un éxito para Japón y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA): el aterrizador consiguió posarse suavemente sobre la Luna a pesar de que uno de sus motores perdió su tobera poco antes de terminar la maniobra. Eso convirtió a Japón en el quinto país en alcanzar la superficie de la Luna después de la U.R.S.S., los Estados Unidos, China y la India.
Además, lo hizo de forma autónoma a tan sólo 55 metros del punto previsto, lo que queda dentro del margen de 100 metros que buscaban.
Y, una vez que el Sol empezó a dar en sus paneles solares, consiguió funcionar durante unas cuantas horas, lo que era el tercer criterio de éxito de la misión.
A ver si nos sorprende en unas tres semanas.
La misión está en Twitter como @SLIM_JAXA.