Por @Wicho

El avión destrozado sobre la pista visto desde la derecha, con parte del pasaje aún en el encuadre
El avión siniestrado en una foto tomada por uno de los pasajeros que iban a bordo

No sé sabe todavía qué ha pasado ni cómo ha sucedido pero un avión de Delta ha terminado boca arriba y sin alas tras sufrir un accidente al aterrizar en Toronto. El empenaje –los timones de dirección y profundidad– también se ha desprendido del resto del avión. Aunque parte del ala izquierda aún sigue unida al fuselaje, lo que probablemente ha sido providencial para evitar que siguiera dando vueltas y, sobre todo, para que no se partiera.

El lado izquierdo del avión
Otra toma del avión en la que se puede ver la parte del plano izquierdo que aún permanece unida al fuselaje – YYZBrennanCC BY-SA 4.0

El cono de cola y el ala aún sobre la pista
El cono de cola y lo que queda del empenaje y el ala derecha – YYZBrennanCC BY-SA 4.0

Afortunadamente –y de forma un poco increíble, la verdad sea dicha– las 80 personas que iba a bordo han sobrevivido al accidente. Aunque dieciocho han resultado heridas, tres de ellas de gravedad. Pero esto demuestra lo seguros que son los aviones y, además, lo bien que han funcionado los procedimientos de evacuación en este caso.

Se trataba del vuelo Delta Connection 4819 entre Minneapolis y Toronto. Lo operaba el CRJ-900 de Endeavor Air con matrícula N932XJ. Había sido entregado el 24 de septiembre de 2009.

El avión visto desde su izquierda mientras rueda por el Aeropuerto Ronald Reagan de Washington con las reversas desplegadas
El avión siniestrado en mejores tiempos – AndyCC BY 2.0

Como siempre, habrá que esperar al análisis de las cajas negras y demás datos antes de poder conocer la causa del accidente. Aunque en un plazo máximo de 30 días debería estar listo el informe preliminar que recoja los hechos conocidos.

Pero por mucho que sea muy fácil e incluso apetecible responsabilizar de esto al departamento DOGE de la nueva administración Trump que dirige Elon Musk simplemente no ha habido tiempo de que los cambios que quieren implementar en la FAA (Administración Federal de Aviación) hayan tenido efecto. De hecho hace años que la FAA estaba falta de personal.

Por no hablar de que Toronto –al menos por ahora– no forma parte de los Estados Unidos. Pero eso es (o seerá) otra guerra.

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Por @Wicho

Llevábamos un tiempo sin novedades de Alice, el avión de línea regional eléctrico que hizo su primer vuelo en septiembre de 2022. Pero las noticias que llegan ahora es que Eviation Aircraft, su fabricante, acaba de despedir a casi todo su personal.

Esto implica dejar de lado cualquier avance en el avión mientras la empresa intenta sobrevivir bajo mínimos en busca de otras oportunidades. Pero en realidad tiene toda la pinta de que se acabó.

Y demuestra una vez más que hay un abismo entre un concepto interesante –e incluso entre un prototipo aparentemente funcional– y la realidad de lo que la tecnología permite y de lo que el mercado está dispuesto a admitir.

Relacionado,

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Por @Wicho

La descripción
Momento del choque del avión contra el suelo – Ministerio de transporte de la República de Kazajistán

Se han pasado un poco de los 30 días de plazo que hay para esto pero por fin las autoridades de Kazajistán han publicado el informe preliminar sobre el avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló en las proximidades del aeropuerto de Aktau tras presuntamente haber sido derribado por Rusia.

Como es la norma en los informes preliminares no se busca aclarar las causas del accidente sino recoger los datos conocidos, lo que ayudará para el informe definitivo. De hecho una de las primeras cosas que dice es que la investigación realizada para este informe no implica la determinación de culpa o responsabilidad de ninguna de las partes. Pero también dice que los aspectos penales de este suceso se abordan en una causa penal aparte.

Seguir leyendo: «Publicado el informe preliminar sobre el avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló en Kazajistán tras ser presuntamente derribado por Rusia»

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Por @Wicho

Dos embarcaciones cerca de los restos del avión, que sobresalen del agua
Restos del CRJ en el río Potomac – Guardia Costera de los Estados Unidos

La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de los Estados Unidos ha dado unos cuantos datos acerca del choque de un avión de pasajeros y un helicóptero del ejército que ocurrió el miércoles pasado en Washington. Están basados fundamentalmente en el análisis inicial de los datos de las cajas negras del avión.

Según la rueda de prensa:

  • El avión estaba a 325 pies de altura (± 25 pies) en el momento de la colisión
  • El grabador de voz indica que la tripulación del CRJ reaccionó a las 20:47:58 locales a la aproximación del helicóptero; el grabador de datos indica que el morro del avión comenzó a elevarse
  • A las 20:47:59 se oye el sonido del impacto

La NTSB está además en posesión de la caja negra del Black Hawk, que combina el grabador de datos y el grabador de voz, pero aún no han podido extraer la información que contiene porque ha entrado agua en ella. Aunque no esperan tener problemas para hacerlo.

Había cinco controladores aéreos en la torre del aeropuerto: un controlador que manejaba el tráfico de aviones y helicópteros; un controlador asistente; un controlador de tráficos en tierra; un supervisor; y un supervisor en formación.

Hay indicaciones de que las pantallas de la torre de control indicaban que el helicóptero volaba a 200 pies.

Pero –y esto es cosecha mía– si la colisión se produjo a 325 pies (± 25 pies) es evidente que la altura indicada en esas pantallas, si era de 200 pies, era incorrecta. Y también está la duda de por qué el helicóptero iba a más de un 50% por encima de la altura máxima permitida en la ruta que llevaba. Otra cosa que todavía está por confirmar es si el Black Hawk en efecto se había desviado del curso de la ruta que seguía, que en principio va pegada a la orilla este del río Potomac, ya que todo parece indicar que sobrevolaba el centro del río en el momento de la colisión.

En cualquier caso, la información de la NTSB no sirve para aclarar las causas de lo que sucedió, sólo para ir aproximando lo que sucedió, algo que quedará recogido en el informe preliminar, que la normativa internacional dice que tiene que ser publicado a los 30 días del accidente.

Será el informe final el que determine las causas y sugiera acciones correctoras para evitar que algo así vuelva a suceder. No hay un plazo fijado para su presentación.

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