Por @Wicho

Un incendio en la subestación eléctrica de North Hayes que se declaró alrededor de la medianoche del jueves 20 al viernes 22 ha dejado sin suministro al aeropuerto de Heathrow en Londres, que en principio se vio obligado a cancelar todos los vuelos hasta la medianoche local del viernes. Esto afectó directamente a unos 1.350 vuelos y a unos 300.000 pasajeros.

Pero también a vuelos con destino Heathrow que estaban en el aire en el momento del cierre han terminado en Gatwick, Manchester, Birmingham, Glasgow, Schiphol (Ámsterdam), Shannon (Irlanda), e incluso Madrid.

Aunque dado que es uno de los puntos de conexión más importantes en Europa, además del aeropuerto con más tráfico del continente, los efectos del cierre aún se notarán durante varios días, ya que hay aviones y tripulaciones que no están dónde tendrían que estar. Aún a pesar de que a media tarde empezaron a despegar vuelos con origen en Asia que tenían prevista su llegada a Heathrow en la madrugada del viernes al sábado.

Flights in and out of London-Heathrow last week and today at 13:00 UTC.

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— Flightradar24 (@flightradar24.com) 21 de marzo de 2025, 14:23

Al parecer el incendio quedaba controlado a primera hora de esta mañana. Pero lo más sorprendente es que el suministro eléctrico de una instalación tan importante pueda tener un único punto de fallo que la haga tan vulnerable. A la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), también le extraña. De hecho lo expresa en términos bastante duros:

Heathrow ha vuelto a defraudar tanto a los viajeros como a las compañías aéreas. Y eso plantea algunas preguntas serias. En primer lugar, cómo es posible que una infraestructura crítica -de importancia nacional y mundial- dependa totalmente de una única fuente de energía sin alternativa. Si es así -como parece-, se trata de un claro fallo de planificación del aeropuerto. Y de ahí surge la cuestión de quién asume los costes de atender a los viajeros que se han visto afectados. Debemos encontrar un reparto más justo de los costes de atención a los pasajeros que no sea que las aerolíneas paguen solas la cuenta cuando falla la infraestructura. Mientras eso no ocurra, Heathrow tendrá pocos incentivos para mejorar.

Y es que este cierre de Heathrow probablemente se va a convertir en la mayor disrupción del tráfico aéreo en Europa desde los tiempos del volcán islandés de nombre impronunciable. Sí, el Eyjafjallajoekull, que obligó a cerrar al tráfico buena parte del espacio aéreo europeo.

Tras las privatización de los aeropuertos impulsada por el gobierno de Margaret Thatcher en 1986 el aeropuerto de Heathrow está gestionado por Heathrow Airport Holdings, una empresa que pertenece a un consorcio liderado por la española Ferrovial.

(Lo de IATA vía Aviador Loco).

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Por @Wicho

La Junta de Seguridad en el Transporte de Canadá (TSB) ha acaba de publicar el informe preliminar sobre el accidente del avión de Delta que terminó boca arriba y sin un ala en Toronto. Como siempre recuerdo en estos casos un informe preliminar no busca establecer las causas sino los hechos.

Y en este caso hay uno que destaca: en el momento de tomar tierra el avión estaba ladeado 7,5° a la derecha con el morro levantado un grado, 3g de aceleración vertical, y una velocidad de descenso de aproximadamente 1098 pies por minuto (fpm), unos 335 metros por minuto.

Pero el límite de diseño del tren de aterrizaje del CRJ-900 es de 720 fpm a su peso máximo de aterrizaje, 36.980 kilos. Así que aunque el avión accidentado aterrizó con unos 33.100 kilos no resulta sorprendente que se rompiera la riostra del tren derecho, que se plegó hacia su posición recogida, la raíz del ala se rompiera entre el fuselaje y el tren de aterrizaje, y que el resto ala se desprendiera del fuselaje. Aunque la TSB aún está intentando determinar en qué orden sucedieron esas cosas.

Eso hizo que el avión se deslizara sobre la pista y terminara girando sobre su lado derecho hasta quedar invertido, apoyado en los restos del ala izquierda. Afortunada y casi increíblemente las 80 personas que lo ocuparon pudieron abandonarlo por su propio pie.

La descripción
Los restos del avión – TSB

El avión visto desde su izquierda mientras rueda por el Aeropuerto Ronald Reagan de Washington con las reversas desplegadas
El avión siniestrado en mejores tiempos – AndyCC BY 2.0

Tanto la tripulación como el avión cumplían, en principio, con todos los requisitos y estaban en perfectas condiciones para operar. De hecho todo iba bien y dentro de los parámetros de vuelo correctos hasta que 13,6 segundos antes del aterrizaje el piloto al mando redujo la potencia de los motores ante una racha de viento que hizo subir la velocidad indicada en unos diez nudos. Nunca más volvieron a tocar las palancas de gases.

A partir de ahí

  • A los 3,6 segundos de la toma la velocidad de descenso había subido a los 1.114 fpm
  • A los 2,6 segundos estaba en 1.100 fpm, con una inclinación de 4,7° a la derecha. En ese momento sonó la alarma sink rate que indica una velocidad de descenso excesiva. No sabemos si la tripulación reaccionó a ella porque el informe no incluye información acerca de lo recogido por el grabador de voz en la cabina
  • A los 1,6 segundos la velocidad de descenso era de 1.072 fpm, y el ángulo de inclinación era de 5,9°
  • A menos de un segundo de la toma el ángulo de inclinación era de 7,1° a la derecha con morro arriba 1°, y 1.110 fpm de velocidad de descenso
  • Y en el momento la toma, como ya dice ahí arriba, el avión estaba ladeado 7,5° a la derecha con el morro levantado un grado, y con una velocidad de descenso de 1.098 fpm

El manual de operaciones de la aerolínea dice que en el aterrizaje el morro del avión debe apuntar entre 3° y 8 hacia arriba, dependiendo de la velocidad de aterrizaje prevista. También define una toma dura como aquel con «una velocidad de descenso vertical superior a 600 pies/min cuando el peso bruto de la aeronave es inferior o igual al peso máximo de aterrizaje».

Ahora toca esperar al informe final de la TSB para saber qué concatenación de errores y fallos hizo que el vuelo terminara así.

Pero el informe preliminar dice que puntos de interés en la investigación serán:

  • El examen metalúrgico de la estructura del ala
  • la certificación del tren de aterrizaje y de la estructura del ala
  • Las técnicas de aterrizaje, aterrizajes forzosos y formación de pilotos
  • Los obstáculos e impedimentos en la cabina de pasajeros una vez invertida
  • La ruta de salida secundaria de la cabina de mando (la tripulación no pudo abrir la puerta y tuvo que salir por la trampilla del techo, que tuvieron la suerte de que no quedara bloqueada)
  • Factores organizativos y de gestión
  • La formación de auxiliares de vuelo
  • Coordinación en caso de emergencia

Eso sí, si bien el informe preliminar debe estar listo como muy tarde 30 días después de un accidente –la TSB se ha pasado unos días– no hay plazo fijado para el informe final, que será publicado cuando esté listo.

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Por @Wicho

Portada del libro con una foto en blanco y negro en la que un grupo de pilotos posa frente al un Hurricane, aunque el autor, más o menos en el centro del grupo, sale coloreadoGun Button to Fire: A Hurricane Pilot's Dramatic Story of the Battle of Britain. Por Tom Neil. Amberley Publishing (15 de marzo de 2012). 320 páginas.

Un encuentro fortuito con un miembro en formación de la RAF cuando tenía doce años convenció al autor de que él también quería entrar en la fuerza aérea y, de hecho, ser piloto. Aunque sus padres no estaban muy de acuerdo y le buscaron trabajo en un banco.

Pero como compromiso en cuanto tuvo edad se alistó en la Reserva Voluntaria de la RAF, lo que simultaneaba con su trabajo en el banco. Hizo su primer vuelo el 22 de octubre de 1938 en una Gipsy Moth y para el 20 de abril de 1939 le dieron la suelta en una Tiger Moth.

El uno de septiembre, con la invasión de Polonia por parte de Alemania, fue llamado a filas y enviado a un escuadrón de formación, de dónde, una vez graduado, fue enviado al 249 Escuadrón, un escuadrón en formación al que se incorporó el 15 de mayo. En él voló Spitfires hasta el 11 de junio, cuando fueron reequipados con Hurricanes, el avión que salvó a Gran Bretaña y que además hizo muchas cosas más, a partir del día 12.

Él y sus compañeros no lo sabían pero eso les daba aproximadamente un mes para adaptarse a sus nuevos aviones antes de que comenzara la Batalla de Inglaterra, sin duda una de las más importantes de la Segunda Guerra Mundial, ya que impidió que Alemania invadiera Gran Bretaña, cambiando el curso del conflicto.

Este libro son sus memorias desde que empezó su entrenamiento hasta el 31 de diciembre de 1940, así que cubre todo el periodo de la Batalla de Inglaterra y parte del de la campaña de bombardeos masivos por parte de la Luftwaffe.

Durante este periodo voló 141 misiones en las que su único contratiempo serio fue el siete de noviembre cuando una colisión con el avión de un compañero le obligó a saltar en paracaídas.

Pero el libro, escrito a partir de sus recuerdos y de la copiosa correspondencia que mantuvo con sus padres, no habla sólo de combates aéreos, que por supuesto, y de lo que hacían bien, mal o regular durante ellos, sino que también habla de cómo se sentían al tener que disparar –y en ocasiones matar– a otras personas y de cómo gestionaban la muerte de sus compañeros.

Incluye un montón de fotografías y un epílogo escrito en 2010, año en el que fue publicado el libro en el que Neil cuenta qué fue de los compañeros que dejaron más huella en él durante aquel periodo.

Una autobiografía cruda y descarnada a la vez que a ratos inocente porque apenas había cumplido 20 años. Muy interesante.

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Por @Wicho

La descripción
Un Boeing 787 con la nueva librea – Korean Air

Tras llegar a un acuerdo para adquirir Asiana Airlines, que integrara sus operaciones con ella, Korean Air ha presentado un cambio de imagen que incluye la primera librea nueva para sus aviones en 40 años. O en 41 para ser exactos, ya que la actual data de 1984.

La nueva librea incluye una nueva versión monocroma del Taegeuk, el símbolo que ocupa el centro de la bandera del país, abandonando la versión en rojo, azul oscuro y blanco que usaban hasta ahora.

También abandona la palabra Air y cambia el tipo de letra y el tamaño del nombre de la aerolínea en el fuselaje, que pierde su línea divisoria en color plata. Mantiene el azul celeste como color principal, aunque con una nueva pintura que hace un efecto metalizado que habrá que ver en persona.

La descripción
Un 787 de Korean Air con la librea ya antigua en el aeropuerto Adolfo Suárez Piedra Papel Tijera Lagarto Spock Madrid Barajas Pim Pam Toma Lacasitos – Wicho

La descripción
Un A350 de Asiana Airlines, cuya imagen desaparecerá por completo, aterrizando en Londres – Wicho

Asiana funcionará como una filial de Korean Air durante dos años. La integración total está prevista para enero de 2027. Korean pretende repintar tantos aviones de su propia flota como sea posible antes de la integración. Los aviones nuevos ya llevarán, lógicamente, la nueva. El repintado de la flota de Asiana empezará después de la fecha de integración.

Korean aún no ha decidido si repintará los aviones que pretende retirar como los Airbus A380, Boeing 747-8 de pasajeros y Airbus A220.

¡A por ellos!

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