Concorde de British Airways despegando – BA
El 21 de febrero de 1976 un vuelo París–Río vía Dakar de Air France y un vuelo Londres–Baréin de British Airways despegaban simultáneamente –o esa era la idea– para marcar la entrada en servicio comercial del Concorde, uno de los dos aviones de pasajeros supersónicos de la historia; el otro fue el Túpolev Tu-144.
En el momento de aquellos primeros vuelos había 74 unidades encargadas por 16 aerolíneas diferentes aunque el coste final por unidad –unos 166 millones de euros al cambio actual– junto con su alto consumo de combustible por pasajero, además de la preocupación por el impacto sonoro de un avión volando por encima de Mach 2 sobre zonas pobladas hicieron que casi todos esos pedidos potenciales se esfumaran.
El Concorde es, sin duda, uno de los aviones más icónicos de la historia de la aviación, y también uno de los más avanzados, desde su ala en doble delta a su morro abatible, pasando por sus poderosos motores Rolls-Royce/Snecma Olympus 593 y sus ordenadores de a bordo, por citar algunos de sus múltiples avances.
El morro abatible en acción
Vista parcial del ala del F-BTSD – Wicho
Pero es más que probable que si no hubiera sido por el empeño de los gobiernos británico y francés, que apoyaron firmemente el proyecto, el Concorde nunca habría llegado a entrar en servicio, como sucedió con el Boeing 2707 y el Lockheed L-2000; tal y como fueron las cosas tanto Air France como British Airways recibieron importantes ayudas de sus respectivos gobiernos para poder comprar sus Concorde, siete para cada una de ellas.
Cabina del prototipo F-WTSS con la visera subida – Wicho
En total sólo llegaron a construirse veinte unidades, incluyendo los seis prototipos.
El ya citado elevado consumo de combustible y su poca capacidad en cuanto a pasajeros –los de British tenían 100 asientos, los de Air France 92– hacían que comprar un billete en el Concorde tampoco estuviera al alcance de cualquiera.
Un Concorde de Air France despega en uno de los últimos servicios París – Nueva York – Wikipedia
Pero eso no fue problema para que los Concorde disfrutaran de una carrera de 27 años, especialmente haciendo vuelos a Nueva York desde Londres y París, vuelos que tenían una duración de unas tres horas frente a las siete y pico u ocho que necesitaba un 747 para hacer el mismo recorrido y por los que la gente más adinerada pagaba gustosamente.
De hecho el Concorde tiene aún el récord del vuelo trasatlántico más rápido de un avión de pasajeros, establecido por el G-BOAD el 7 de febrero de 1996 en 2 horas, 52 minutos y 59 segundos en la ruta Nueva York - Londres; también tiene todavía los de las vueltas al mundo más rápidas viajando tanto hacia el oeste como hacia el este.
Pero la caída en el número de pasajeros de avión que siguió a los atentados del 11–S así como la decisión de Airbus de dejar de darles soporte, y no el accidente del año 2000 como en ocasiones se afirma, hicieron que tanto Air France como British decidieran retirar los Concorde en 2003.
Las 19 unidades que quedan se pueden ver en distintos museos y aeropuertos del mundo, e incluso hay grupos intentando devolver alguna unidad al vuelo, aunque parece poco probable que lleguen a conseguirlo.
Curiosamente, el Boeing 747, otro de los aviones más famosos de la historia, tenía también programado su primer vuelo comercial para un 21 de enero, pero de 1970, aunque un problema con los motores obligó a posponerlo hasta el 22.
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