Por @Wicho — 10 de enero de 2020

Un destructor imperial sobre el Sena – Laurent Pons
¿Y el daño irreparable al nombre Boeing si falla? Exactamente

Dentro de la investigación del proceso de diseño del Boeing 737 MAX la empresa está teniendo que suministrar un montón de información a las autoridades. Parte de esta documentación, entregada en diciembre al congreso y al senado de los Estados Unidos pero que acaba de hacerse pública, incluye comunicaciones internas en forma de correos electrónicos y mensajes de chat que dan una imagen nada halagadora de la empresa.

Del primer párrafo del artículo Boeing internal documents reveal culture of deceit to keep down costs of 737 MAX de Dominic Gates y Lewis Kamb para The Seattle Times, que está haciendo una magnífica cobertura del fiasco del MAX:

Boeing hizo públicas el jueves más de cien páginas de documentos que habían sido enviadas el Congreso. Incluyen mensajes internos que revelan cómo, durante la certificación del 737 MAX, los empleados de la compañía hablaban de engañar a los reguladores internacionales de seguridad aérea y a las aerolíneas clientes de Boeing, y lucharon durante varios años con éxito contra las maniobras que pretendían exigir nada que no fuera un mínimo de entrenamiento de los pilotos para el nuevo avión.

También confirman la decisión por parte de los directivos de no incluir el sistema de velocidad sintética propuesto por Curtis Ewbank tanto para no subir el coste del avión como por el temor de que incluirlo obligaría a las tripulaciones a pasar por el simulador para quedar cualificadas en el MAX, algo que Boeing insistía en que no era necesario hasta hace un par de días.

Y hablan de cómo la dirección de la empresa insistió durante años en presentar el MCAS como una extensión de un sistema ya existente en lugar de algo completamente nuevo, de nuevo con el objetivo de intentar evitar a toda costa la formación en simulador. El MCAS o Sistema de Aumento de las Características de Maniobra, es un sistema automático que incorpora el MAX para evitar que el morro del avión se levante demasiado en ciertas circunstancias. Fallos en su funcionamiento causaron los accidentes de los vuelos 610 de Lion Air y 302 de Ethiopian Airlines.

Es especialmente doloroso leer cómo convencieron a Lion Air de que las tripulaciones no necesitaban formación en el simulador a pesar de que la aerolínea se la quería pedir.

Tewolde Gebremariam, presidente de Ethiopian Airlines, en el lugar del accidente
Tewolde Gebremariam, presidente de Ethiopian Airlines, en el lugar del accidente del Ethiopian 302 - Ethiopian Airlines

También revelan como muchas personas que trabajan en la empresa no estaban de acuerdo en cómo se estaban haciendo las cosas. El entrecomillado del título de la anotación es de una de ellas. Otros mensajes aseguran que un par de ellas en concreto no dejarían subir a su familia a un MAX dado el lamentable estado en el que se encontraban los simuladores en aquel momento. Aunque la cultura predominante de recortar gastos a toda costa y la falta de entendimiento por parte de los directivos acerca del proceso de diseño de un avión ahogaron todas esas protestas.

Boeing ha emitido una nota en la que se disculpa profusamente, Boeing Statement on Employee Messages Provided to U.S. Congress and FAA. En ella dice que «estas comunicaciones no reflejan la compañía que somos y necesitamos ser, y son completamente inaceptables.» Añade que

Lamentamos el contenido de estas comunicaciones y pedimos disculpas a la FAA, al Congreso, a nuestros las aerolíneas que han comprado nuestros aviones y al público por ellas. Hemos hecho cambios significativos como compañía para mejorar nuestros procesos de seguridad, organizaciones y cultura. El lenguaje utilizado en estas comunicaciones, y algunos de los sentimientos que expresan, son inconsistentes con los valores de Boeing, y la compañía está tomando las medidas adecuadas en respuesta a ello. Esto incluirá, en última instancia, medidas disciplinarias o de otro tipo para el personal, una vez que se hayan completado las revisiones necesarias.

Así que van a rodar cabezas. Más cabezas.

La Autoridad Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) por su parte ha dicho que a pesar de lo que revela esta documentación «nuestros expertos han determinado que nada en la documentación aportada apuntaba a ningún riesgo de seguridad que no se hubiera identificado ya como parte del examen en curso de las modificaciones propuestas para la aeronave», aunque con esto reconoce implícitamente que se la colaron.

The Verge ha puesto en línea este lote de documentos como Boeing Employee Emails re: Boeing 737 Max Simulator 1, 2 y 3.

Mientras tanto, se acerca el primer aniversario desde que los MAX no pueden volar y nadie sabe cuándo volverán hacerlo. Sólo está claro que Boeing ha decidido detener la producción de nuevos ejemplares porque ya no sólo es que no pueda entregarlos, es que no tiene dónde meterlos.

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