Por @Wicho — 16 de marzo de 2020

Carlos S. nos ha pasado el enlace a este video en el que el Capitán Joe explica cómo es posible que el pasado 8 de febrero un Boeing 747 de British Airways volara de Nueva York a Londres a velocidades «supersónicas». La respuesta corta es, por supuesto, que no lo hizo. La respuesta un poco más larga es que voló hasta a 1.326 kilómetros por hora respecto al suelo gracias a un fortísimo viento en cola pero que no pasó de los 908 km/h respecto al aire que lo rodea.

Joe en el vídeo usa el ejemplo de un coche. Si circulas en él por una carretera a 60 kilómetros por hora el velocímetro indicará 60 kilómetros por hora. Pero si lo colocas sobre una cinta transportadora que se mueve a 40 kilómetros por hora con el motor parado el coche se moverá a 40 km/h aunque el velocímetro indicará cero. Si arrancas de nuevo el motor y aceleras hasta que el velocímetro marque 60 en realidad estarás yendo a 100 km/h y la sombra del coche sobre el suelo se moverá a 100 km/h.

Pues con el avión y el viento en cola pasa lo mismo: el 747 de British Airways llegó a viajar a una velocidad máxima de 918,6 kilómetros por hora respecto al viento que lo rodeaba. Pero esa velocidad está por debajo de los 1.062 km/h de la velocidad del sonido a la altitud a la que viajaba.

Lo que sucede es que a esa velocidad había que sumarle un fortísimo viento en cola; aquel día en el núcleo de la corriente de chorro que circula de oeste a este se detectaron velocidades máximas de 497,4 km/h. Por eso el avión en cuestión llegó a alcanzar los 1.326 km/h respecto al suelo.

Esto no sólo le permitió ahorrarse unos 80 minutos de vuelo, lo que supuso ahorrarse unas 16 toneladas de combustible y por ende unos 8.500 dólares sino que además evitó la emisión a la atmósfera de un pelín más de 50 toneladas de CO2. Eso es el equivalente a las emisiones correspondientes al consumo eléctrico de algo más de ocho casas durante un año.

La contrapartida está en los vuelos que van en el otro sentido. Su tiempo habitual de vuelo es de unas ocho horas y media, y eso que intentan esquivar lo peor del viento de frente.

Así que no, ningún Boeing 747 voló a velocidades supersónicas. Ni lo hará jamás; se desintegraría en el aire antes de conseguirlo. Eso, por ahora, queda en los libros de registro del Concorde y del Tu-144 en lo que se refiere a vuelos de pasajeros.

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