Impresión artística de uno de los futuros Boeing VC-25B – Boeing
Boeing no levanta cabeza. Ahora acaba de saberse que se encontraron dos botellines de tequila vacíos en uno de los futuros Air Force One que la empresa está preparando en sus instalaciones de San Antonio en Texas. No ha trascendido en qué parte del avión estaban esos botellines. Pero en cualquier caso es una falta grave contra los protocolos de la empresa, que prohiben tajantemente la presencia de alcohol en sus instalaciones.
Pero este caso reviste un extra de gravedad ya que se trata de uno de los dos Boeing VC-25B –unos Boeing 747-8i altamente modificados– que en el futuro servirán de transporte habitual al presidente –o la presidenta, que todo se andará– de los Estados Unidos. Se espera que entren en servicio en 2024.
Serán los conocidos habitualmente con el indicativo Air Force One, aunque en realidad cualquier aeronave de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la que viaje el presidente recibe automáticamente este indicativo. Igual que cualquier aeronave del ejército, de los guardacostas, de los marines o de la armada en la que viaje el presidente reciben respectivamente el nombre de Army One, Coast Guard One, Marine One o Navy One de ir el presidente a bordo. Si se trata de una aeronave civil el indicativo es Executive One.
Y llueve sobre mojado: en el pasado reciente han aparecido trapos y herramientas en los depósitos de combustible Boeing 737 recién salidos de fábrica; el Boeing 787 está teniendo múltiples problemas de ensamblado; y el 737 MAX estuvo casi dos años en tierra tras dos accidentes mortales. Y también están los problemas con el avión nodriza KC-47 Pegasus o la nave espacial tripulada Starliner o el cohete SLS.
Relacionado,
