Por @Wicho — 6 de marzo de 2013

Aunque la foto se lo toma con humor, el problema con las baterías del 787 es serio, y no ayuda nada que camino de dos meses después de que se les retirara el permiso para volar aún no se sepa por qué se incendiaron las de un avión de JAL y otro de ANA.

Por otra parte, la «solución» propuesta por Boeing a la FAA pasa por modificar las baterías para que sean capaces de contener un incendio si este se produce, lo que es al menos una solución «peculiar» al asunto teniendo en cuenta que el certificado de tipo del 787 menciona específicamente que se les permite usar baterías de iones de litio porque se estima que sólo habrá un problema con ellas que produzca humo por cada 10 millones de horas de vuelo.

Pero en realidad ha habido dos incendios cuando el total de tiempo acumulado de los 787 en servicio apenas llegaba a las 100.000 horas, un índice de problemas 200 veces superior al estimado.

Así, aunque Boeing dice estar lista para implementar esas modificaciones de forma realmente rápida, si la FAA aprueba la modificación propuesta estaría aceptando que los 787 vuelvan a entrar en servicio en unas condiciones que claramente se saltan la autorización inicial, lo que teniendo en cuenta el fiasco que ha supuesto que la certificación inicial se haya visto puesta en entredicho parece cuando menos arriesgado.

Personalmente, no sé si volaría tranquilo en un 787 en estas condiciones.

De todos modos, la FAA todavía no se ha pronunciado al respecto, así que habrá que seguir esperando.

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