Restos del CRJ en el río Potomac – Guardia Costera de los Estados Unidos
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de los Estados Unidos ha dado unos cuantos datos acerca del choque de un avión de pasajeros y un helicóptero del ejército que ocurrió el miércoles pasado en Washington. Están basados fundamentalmente en el análisis inicial de los datos de las cajas negras del avión.
Según la rueda de prensa:
- El avión estaba a 325 pies de altura (± 25 pies) en el momento de la colisión
- El grabador de voz indica que la tripulación del CRJ reaccionó a las 20:47:58 locales a la aproximación del helicóptero; el grabador de datos indica que el morro del avión comenzó a elevarse
- A las 20:47:59 se oye el sonido del impacto
La NTSB está además en posesión de la caja negra del Black Hawk, que combina el grabador de datos y el grabador de voz, pero aún no han podido extraer la información que contiene porque ha entrado agua en ella. Aunque no esperan tener problemas para hacerlo.
Había cinco controladores aéreos en la torre del aeropuerto: un controlador que manejaba el tráfico de aviones y helicópteros; un controlador asistente; un controlador de tráficos en tierra; un supervisor; y un supervisor en formación.
Hay indicaciones de que las pantallas de la torre de control indicaban que el helicóptero volaba a 200 pies.
Pero –y esto es cosecha mía– si la colisión se produjo a 325 pies (± 25 pies) es evidente que la altura indicada en esas pantallas, si era de 200 pies, era incorrecta. Y también está la duda de por qué el helicóptero iba a más de un 50% por encima de la altura máxima permitida en la ruta que llevaba. Otra cosa que todavía está por confirmar es si el Black Hawk en efecto se había desviado del curso de la ruta que seguía, que en principio va pegada a la orilla este del río Potomac, ya que todo parece indicar que sobrevolaba el centro del río en el momento de la colisión.
En cualquier caso, la información de la NTSB no sirve para aclarar las causas de lo que sucedió, sólo para ir aproximando lo que sucedió, algo que quedará recogido en el informe preliminar, que la normativa internacional dice que tiene que ser publicado a los 30 días del accidente.
Será el informe final el que determine las causas y sugiera acciones correctoras para evitar que algo así vuelva a suceder. No hay un plazo fijado para su presentación.