No está siendo una buena semana para la aviación en los Estados Unidos. Tras el accidente en Washington en el que chocaron un avión de pasajeros y un helicóptero del ejército con el resultado de 67 muertos hace unas horas un avión medicalizado se estrellaba al poco de despegar de la pista 24 del Aeropuerto de Filadelfia Noreste.
Ninguna de las seis personas que iban a bordo ha sobrevivido. Eran la paciente, su madre, dos miembros de la tripulación como personal sanitario, piloto y copiloto. Su destino era Tijuana.
Pero dentro de lo malo ha habido suerte porque el avión cayo sobre una zona residencial y en las cercanías de un centro comercial y al parecer aunque sí ha habido personas que han resultado heridas no ha habido muertes en tierra.
El avión era el Bombardier Learjet 55 con matrícula XA-UCI operado por Jet Rescue. Había sido fabricado en 1982 y había pasado por varias operadoras antes de llegar a la actual.
Como siempre habrá que esperar a la investigación del accidente para esclarecer las causas, aunque en este caso parece que debe haber sido algún problema con el avión que la tripulación no pudo solucionar. Y, salvo la coincidencia en el tiempo, nada parece indicar que tenga nada que ver con el accidente de Washington.
Un CRJ-700 de American Eagle ha caído al río Potomac tras chocar con un helicóptero Sikorsky UH-60 Black Hawk del ejército cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington. Los equipos de rescate ya están en el lugar de los hechos pero por ahora no hay constancia de que haya habido ningún superviviente.
El avión siniestrado fotografiado en el aeropuerto de Charlotte en 2022 – Colin Brown, CC BY 2.0
El avión, que hacía el vuelo JIA5342 entre Wichita y Washington, estaba en aproximación a la pista 33 del aeropuerto con 64 personas a bordo. El helicóptero, que llevaba a cabo un vuelo de instrucción, llevaba tres tripulantes.
Trayectoria de las aeronaves siniestradas en los momentos anteriores al accidente. El avión viene de abajo; el helicóptero de arriba – ADSBexchange
Es el peor accidente aéreo en los Estados Unidos desde el del Vuelo 3407 de Colgan Air, que en febrero de 2009 se saldó con 51 muertes y cuatro heridos.
El río Potomac, por su parte, es tristemente conocido en el mundo de la aviación por el accidente del vuelo 90 de Air Florida en enero de 1982.
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) están ya investigando.
El Airbus A380 fue una arriesgada apuesta del fabricante para hacerse con el mercado de los aviones de gran capacidad capaces de mover gran número de personas de una tacada entre grandes aeropuertos. Pero después de lograr vender sólo 251 unidades la empresa tuvo que rendirse a la evidencia y cesó su producción en 2021 tras sólo 18 años después de anunciar el fin del programa en 2019.
Los motivos de su fracaso son múltiples, algunos propios, como unos motores anticuados para cuando entró en servicio, y otros externos como la caída en la demanda de vuelos en Asia debido a la crisis del SARS y algo más tarde a nivel mundial con la crisis económica de 2008. También ayudó a su caída la entrada en servicio de bimotores más modernos y eficientes que hicieron que llevaron a las aerolíneas apostar por unir ciudades más pequeñas con aviones más pequeños en lugar de apostar por vuelos con aviones grandes entre ciudades grandes.
En 2017 Airbus presentó la idea de un A380plus que prometía una reducción de un 13 % en los costes de operación y hasta 80 plazas más pero nunca llegó a cuajar – CC BY-SA 4.0Marc Lacoste
Más tarde la pandemia de covid vino ya a rematarlo del todo, y de hecho muchas aerolíneas lo retiraron de forma anticipada a causa del desplome –de la práctica desaparición– de la demanda de plazas. Aunque, curiosamente, pasada la pandemia algunas aerolíneas están reactivando algunos de los A380 que habían dejado almacenados porque la demanda está volviendo a crecer, incluso más de lo esperado.
Clark habla de una versión con motores modernos y materiales más ligeros que podrían hacer que consumiera un 25 % menos de combustible que el original. E insiste en que para Emirates el 380, por el cómo está montada su red de rutas, es el avión al que le sacan más beneficios. Dice no sólo que le han dado ya los planos a Airbus sino que además «amenaza» con poner 20.000 millones de dólares sobre la mesa, lo que obligaría a Airbus a decir que sí. O eso piensa él.
Pero a pesar de que es un tipo con gran influencia en el mercado no creo que lleguemos a ver tal cosa, entre otras cosas porque la planta de ensamblado del A380 ahora mismo está dedicada al A320neo y Airbus es simplemente incapaz de cubrir la demanda de ese modelo; ya está dando fechas de entrega para mediados de la década de los 30.
El avión ha resultado destruido. Pero las 176 personas que había a bordo –169 pasajeros, seis tripulantes y un técnico de mantenimiento– han podido evacuarlo con solo dos personas con heridas leves. El avión había sido entregado a Asiana Airlines en noviembre de 2007 y había pasado a Air Busan en junio de 2017.
Parece ser que el fuego se originó en los maleteros de la parte posterior del avión pero aún no se sabe qué lo causó. En cualquier caso la rápida reacción de la tripulación, que consiguió evacuarlo antes de que las llamas se vieran desde el exterior, evitó males mayores. Habrá que esperar al análisis por parte de las organizaciones competentes para aclarar la causa del incendio.
Hay que destacar que en las imágenes que van saliendo apenas se ve a nadie que se haya llevado consigo el equipaje de mano, un comportamiento incívico e irresponsable demasiado habitual a la hora de evacuar un avión en una emergencia.