Por @Wicho — 20 de Octubre de 2019

Sydney desde el vuelo QF7879 poco antes de aterrizar
Sydney desde el vuelo QF7879 poco antes de aterrizar - James D Morgan/Qantas.

Aprovechando que tenía que llevar un Boeing 787 recién entregado de los Estados Unidos a Australia Qantas acaba de hacer el vuelo sin escalas más largo de la historia en un avión de pasajeros. Pero de ahí a llamarlo el vuelo comercial más largo de la historia va un trecho.

Entre el 19 y el 20 de octubre de 2019 el Boeing 787-9 con matrícula VH-ZNI hizo un vuelo de 19 horas y 16 minutos que lo llevó del aeropuerto JFK de Nueva York al aeropuerto de Sydney tras recorrer unos 16.000 kilómetros. Al aterrizar aún le quedaba combustible para volar una hora y diez minutos más.

Pero el truco es que para lograr esto el avión iba casi vacío. Sólo llevaba 49 personas a bordo entre tripulación y pasajeros. De hecho sólo había seis «pasajeros» a bordo, escogidos entre pasajeros frecuentes de Qantas que ya tenían reservas para volar de Nueva York a Sydney.

A cambio de volar en este vuelo experimental aceptaron ser monitorizados durante el sueño por especialistas en salud y sueño y durante tres semanas más seguirán siendo sometidos a pruebas para ver si tantas horas a bordo han tenido alguna consecuencia. Y es que aunque por una parte todavía no hay ningún avión comercial capaz de hacer esa ruta plenamente cargado Qantas necesita también saber qué efectos pueden tener sobre tripulantes y pasajeros vuelos tan largos.

Pilotos con bandas de EEG
Pilotos con bandas de EEG - James D Morgan/Qantas.

Vuelos de investigación de Qantas
Vuelos de investigación de Qantas - James D Morgan/Qantas.

De hecho en este vuelo especial –hay otros dos más pendientes– el orden del servicio a bordo fue modificado y en lugar de empezar con una cena e inmediatamente después apagar las luces comenzó con una comida y no fue sino hasta seis horas después cuando se apagaron. La idea era ir adaptándose al horario de Australia ya desde el momento del despegue para disminuir el jet lag. Los pilotos también sirvieron de conejillos de indias, pues volaron con bandas en la cabeza para registrar sus encefalogramas.

Todo esto pertenece al Project Sunrise –Proyecto Amanecer– de Qantas, que estudia la posibilidad de establecer vuelos regulares sin escalas entre la costa este de Australia y Nueva York y Londres. Aunque para ello, además de un avión capaz de hacerlo la aerolínea también necesitaría negociar las condiciones laborales, conseguir los permisos oportunos, y ser si le sale a cuenta. Así que dice que aunque espera tomar la decisión hasta finales de este año no sería posible comenzar con estos vuelos como muy pronto hasta 2023.

Eso sí, el vuelo directo llegó unos minutos antes que el vuelo regular QF12 que une Nueva York con Sydney con escala en Los Ángeles a pesar de haber despegado tres horas después.

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