Por @Wicho — 13 de mayo de 2016

Tras un vuelo de 1570 kilómetros de 18 hora y 10 minutos de duración a una velocidad media de 86,4 kilómetros por hora el avión eléctrico Solar Impulse 2 aterrizaba en Tulsa, Estados Unidos, a las 4:15 UTC del 13 de mayo 2016, completando una nueva etapa de su intento por dar la vuelta al mundo sin gastar una sola gota de combustible.

En el hangar de American Airlines

Hangarado

Un compañero de hangar

En esta ocasión el SI2 ha quedado recogido en el hangar de American Airlines, con lo que no ha sido necesario usar el hangar móvil que lo va siguiendo en su vuelta al mundo y que se usa en aeropuertos en los que no hay espacio disponible.

Diseñado en Italia y construido en Francia es una estructura hinchable y translúcida que permite que las células solares del avión produzcan electricidad aún cuando esté dentro de él. Se tarda unas seis horas para montarlo y otras 10 para asegurarlo para que pueda resistir vientos de 100 kilómetros; se tarda cuatro horas en recogerlo y guardarlo.

Hacen falta doce personas para montar los doce módulos que lo componen, que se hinchan por separado y luego se colocan para cubrir el avión.

El tejido es impermeable e ignífugo y el diseño del hangar soporta que haya unos cuantos desgarros en él sin que eso impida hincharlo, aunque o los reparas o hay que estar metiendo aire en el módulo afectado.

El destino de la próxima etapa será anunciado en cuanto el control de la misión pueda trazar un rumbo seguro, a salvo de nubes, vientos, y siempre dejando separación suficiente con otras aeronaves, pero lo que está claro es que la travesía de los Estados Unidos terminará en Nueva York, desde donde el Solar Impulse 2 cruzará el Atlántico rumbo a Europa o al norte de África.

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