Por @Wicho — 13 de noviembre de 2016

El 15 de enero de 2009 el capitán Chesley «Sully» Sullenberger, su copiloto Jeff Skiles, y las tres TCP que formaba la tripulación del vuelo 1549 de US Airways entraron en la historia de la aviación. Al poco de despegar del aeropuerto de La Guardia rumbo a Charlotte con 155 personas a bordo el avión atravesó una bandada de gansos canadienses sin que los pilotos pudieran hacer nada por evitarlo. Cada uno de los dos motores del avión se tragó varios de estos pájaros, lo que hizo que ambos se pararan.

Con apenas 1000 metros de altura Sully y Skiles apenas tenían opciones. Lo primero que pensaron fue en volver a La Guardia, pero mientras Skiles intentaba volver a arrancar los motores Sully se dio cuenta de que jamás lo conseguirían pues no tenían la altura suficiente.

Así que en lugar de seguir volando hacia el aeropuerto, lo que les llevaría por encima de Manhattan, y visto lo visto casi con toda seguridad a estrellarse sobre ese barrio de Nueva York, el capitán Sullenberger tomó la decisión de amarar en el río Hudson.

Trayectoria del vuelo por i'mjustsayin
Flight 1549 crash flight path: Trayectoria del vuelo por i'mjustsayin trazada con los datos de FlightAware

Seis minutos después de haber despegado y a una velocidad de unos 240 kilómetros por hora el A320 se posaba a las 15:31 en la superficie del Hudson y apenas 24 minutos después los 155 ocupantes habían sido rescatados por ferris que se aproximaron rápidamente a auxiliarlos.

Fue la primera –y única por ahora– ocasión en la que todos los ocupantes de un avión de estas características sobrevivían a un amaraje. Además apenas se registraron algunas heridas leves y algunos casos de hipotermia; la que peor parada salió fue Doreen Welsh, una de las TCP, que sufrió una herida en la pierna.

Foto tomada desde el primer ferri que acudió al rescate
Foto tomada por Jānis Krūms desde el primer ferri que acudió al rescate

Todo esto hizo que en pocas horas Sully, quien fue el que pilotó el avión desde poco después del fallo de los motores hasta su amaraje, y Skiles fueran tratados como héroes.

Pero en cuanto comenzó la investigación sobre el accidente muchas personas que no estuvieron en aquella cabina –miembros de la NTSB, ingenieros, responsables de la aseguradora del avión, etc– empezaron a buscarles las cosquillas a Sully y Skiles.

Que si los datos del ACARS indicaban que el motor izquierdo aún funcionaba, a pesar de que tanto el capitán como su primer oficial aseguraban que no, que si pruebas hechas con ordenador y con los datos del vuelo aseguraban que podían haber aterrizado sin problemas en La Guardia o en Teterboro, un aeropuerto de New Jersey; incluso pruebas posteriores hechas con pilotos a los mandos de simuladores daban resultados similares. Claro que los pilotos de esos vuelos simulados sabían lo que les esperaba y habían podido practicar las maniobras necesarias.

Sully y Skiles, sin embargo, se vieron en una situación para la que nunca habían sido entrenados porque nunca había pasado nada parecido en la historia de la aviación.

Al final, cuando se ajustaron las simulaciones al tiempo de reacción que tuvieron Sully y Skiles quedó claro que la decisión del primero había sido la correcta. No había procedimientos en el manual para una situación como esa pero sus instintos de aviador adquiridos tras 40 años pilotando y mas de 20.000 horas de vuelo le llevaron a tomar la decisión correcta. También quedó claro, cuando el motor izquierdo fue recuperado del fondo del Hudson, que estaba tan dañado que era imposible que pudiera haber seguido funcionando, dijeran lo que dijeran los datos del ACARS.

Esta película cuenta los días posteriores al accidente y como la investigación se cebó en los posibles errores de Sully y Skiles y como esto, durante unos días, les pasó factura, una parte de la historia que generalmente no se conoce.

Como aerotrastornado confeso, y a pesar de que sabía antes de ir a ver la película tanto que se salvaban todos como que Sully y Skiles habían sido más que exonerados por la investigación me pareció entretenida y emocionante e incluso indignante a ratos al ver como algunos pilotos de despacho de la NTSB creían saber mejor que los pilotos como había que haber gestionado la emergencia.

Así que una película que cualquier aerotrastornado disfrutará a ciencia cierta y que personas que no sean del ramo del aerotrastorno también disfrutarán: es una muy buena historia muy bien contada por Clint Eastwood.

Un dato curioso es que el capitán del primer ferri que acude al rescate de los ocupantes del vuelo 1549 es el capitán que en el MundoReal™ fue a su rescate, no un actor; lo mismo pasa con los buzos de los helicópteros de la policía de Nueva York que se lanzaron al rescate de algunos de lo pasajeros.

Si quieres profundizar más en esta historia hay un libro de Sully, en el que está basado la película, que cuenta sus experiencias tras el accidente, Sully: Hazaña en el Hudson.

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