Por @Alvy — 8 de mayo de 2018


Charlando sobre la Aleatoriedad a partir de 64:00

En este episodio del podcast Los Crononautas #S02E23 estuvimos charlando sobre la aleatoriedad, algo a lo que en este blog le dedicamos una categoría temática completa, cosa que no hacemos con muchos temas. Puede escucharse a través de iVoox, de iTunes o directamente con el reproductor web, como de costumbre.

Durante un rato analizamos lo complicado que resulta para los ordenadores producir aleatoriedad, algo que sólo está presente en la física –en procesos como la radioactividad, el ruido electrónico o ciertos fenómenos cuánticos– pero no en ordenadores que funcionan puramente de forma matemática y donde un algoritmo a la larga genera siempre la misma secuencia. Imaginemos el problema que esto supone cuando hay que programar una simulación en el ordenador, mezclar canciones al azar de una lista o las cartas de una máquina de vídeo-póker.

También están los sistemas caóticos impredecibles: desde murales de lámparas de lava a dobles péndulos caóticos grabados en vídeo y otros métodos como los autómatas celulares o incluso los dígitos decimales de π, que no se sabe seguro si son normales o no (es decir: distribuidas uniformemente, aunque sea de forma predecible y siempre igual). Pi tiene todas las papeletas para ser normal, pero tampoco es el mejor generador de números aleatorios posibles del mundo precisamente.

Recientemente hablábamos también de que se ha experimentado con un nuevo generador cuántico de números aleatorios que si bien no es muy eficiente (se requieren 55 millones de pruebas con partículas entrelazadas para producir un par de bits aleatorios) garantiza un azar genuino capaz de superar cualquier prueba: para que no lo fuera la única explicación serían las señales superlumínicas, algo imposible en un universo como el nuestro en el que se respetan las leyes de la relatividad.

Al respecto encontré hace poco este curioso «generador de números aleatorios vintage», un aparato del año 1978 llamado Nu Spin que se usaba en un cuando había que elegir un número al azar para alguna rifa o sorteo.

Para hacerlo funcionar primero se seleccionaban los números mínimo y máximo (al máximo había que sumarle 1; por ejemplo para obtener del 0 al 99 había que marcar 00000 y 00100) y luego se pulsaba el botón. Al pulsar el botón máquina se ponía a contar muy rápidamente –se puede ver a cámara lenta– y tras un periodo de tiempo «aleatorio» se detenía. Ese era el número elegido.

La máquina es rústica y bonita, y aunque además utiliza elegantes tubos Nixie a modo de dígitos no está muy claro que el valor del temporizador (que parece se obtenía con la carga de un condensador combinada con algo más) fuera muy aleatoria, especialmente si se elegían números grandes y en relación a los de mayor peso (decenas de millar y millar). Pero bueno, el Nu Spin no deja de ser una máquina realmente simpática y curiosa.

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