Por @Alvy — 4 de junio de 2008

Si le pides a un grupo de gente que lance monedas al aire y anote los resultados, y a otro grupo que imagine que lanza monedas al aire y anote los resultados, suele ser fácil distinguir una cosa de la otra: las personas somos realmente pésimas «simulando» el azar.

Es una anécdota descrita en Una idea equivocada sobre el azar (Fogonzos) procedente de The Canon: A Whirligig Tour of the Beautiful Basics of Science, un libro divulgativo de Natalie Angier.

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