Por Nacho Palou — 27 de diciembre de 2017

Simulation dwarkadas rosenberg wolf rayet screenshot 3 copy
La simulación muestra cómo se forman burbujas a partir de los intensos vientos estelares de una estrella muy masiva en el transcurso de millones de años. Según investigadores de la universidad de Chicago nuestro sistema solar podría tener su origen en una de esas burbujas. Imagen: V. Dwarkadas y D. Rosenberg.

Científicos de la universidad de Chicago han planteado una nueva teoría sobre cómo el Sistema Solar se podría haber formado a partir de burbujas que contenían polvo y gases expulsados por una estrella gigante y moribunda que existió hace miles de millones de años. La nueva teoría se basa en “el misterio cósmico que supone la inusual proporción de dos elementos en nuestro sistema solar.”

La teoría más aceptada —de entre las que se consideran válidas— es que el Sistema Solar se formó hace miles de millones de años a partir de una supernova. Pero el nuevo escenario parte con un tipo de estrella gigante llamada estrella de Wolf-Rayet, con entre 40 y 50 veces el tamaño del Sol. Estas estrellas son las que brillan con más intensidad y queman a una mayor temperatura, produciendo toneladas de elementos que son expulsados de su superficie con violencia por vientos estelares muy intensos. A medida que la estrella Wolf-Rayet se desprende de su masa el viento estelar inyecta el material expulsado en estructuras de burbuja con un recubrimiento de mayor densidad produciendo lo que los investigadores describen como “viveros estelares.”

El polvo y los gases que quedan atrapados en el interior de las burbujas pueden condensarse y producir estrellas según los investigadores, que calculan que entre el 1 y el 16 por ciento de las estrellas que son similares al Sol tienen su origen en este tipo de “viveros estelares”.


La simulación muestra cómo los vientos estelares expulsan la masa de una estrella gigante a lo largo de millones de años, formando burbujas a su alrededor que podrían ser el origen del Sistema Solar. Imagen: V. Dwarkadas y D. Rosenberg

Los investigadores creen que esta teoría daría sentido a la presencia de dos isótopos que se encuentran en el Sistema Solar en proporciones poco usuales en comparación con la proporción más habitual en el resto de la galaxia, con una gran presencia de isótopos de aluminio-26 y una cantidad menor de isótopos de hierro-60. Esto coincidiría con el material que expulsa una estrella de Wolf-Rayet —muchos isótopos de aluminio-26 pero no tantos de hierro-60—, mientras que las supernovas producen ambos isótopos en gran cantidad.

La propuesta tampoco desplaza del todo a la teoría de la supernova, dado que la estrella de Wolf-Rayet podría haber acabo sus días de ese modo pero cuando los cimientos del Sistema Solar ya habían empezado a fraguar, aportando una menor cantidad de hierro-60 en proporción. La menor presencia de hierro-60 también podría deberse a que la estrella de Wolf-Rayet acabó sus días como un agujero negro, que apenas emite hierro-60.

Así que es posible y hasta probable que “todo lo que posees, todo lo que puedes ver, desde el sol hasta más allá de Plutón, e incluso todos los átomos de tu cuerpo fueron una vez plasma de elementos pesados sobrecalentados en una densa burbuja formada por las rápidas e intensas erupciones de una estrella de Wolf-Rayet,” dicen en Popular Mechanics.

Relacionado:

Compartir en Flipboard Publicar / Tuitear Publicar