Por @Wicho — 23 de febrero de 2006

La Asociación Americana para el Avance de la Ciencia es una organización internacional que tiene como objetivo «el avance de la ciencia y la innovación alrededor del mundo para el beneficio de todas las personas», para lo que tiene múltiples programas de actividades en marcha, aunque probablemente por lo que es más conocida es porque publica la revista Science.

Coincidiendo con su reunión anual, que se celebró la semana pasada, tuvo lugar un acto llamado Evolution on the Front Line (La evolución en primera línea) que intentaba analizar los desafíos que supone enseñar evolución hoy en día en los Estados Unidos y cómo enfrentarse al avance del Diseño Inteligente en el país, acto que la AAAS aprovechó para hacer pública esta declaración institucional:

Por el Comité de Directores
Asociación Americana para el Avance de la Ciencia
San Luis, Missouri, 16 de febrero de 2006.

La evolución es uno de los principios más sólida y universalmente aceptados de la ciencia moderna. Es el fundamento de la investigación en una amplia variedad de campos científicos y, por consiguiente, un elemento sustancial de la educación científica. Por ello, el Comité de Directores de la AAAS está profundamente preocupado acerca de la legislación y las directrices recientemente introducidas en algunos Estados y localidades (de EE.UU.) que podrían socavar la enseñanza de la evolución y privar a los estudiantes de la educación que necesitan para convertirse en ciudadanos informados y productivos en una comunidad global cada vez más tecnificada. Aunque su lenguaje y sus estrategias difieren, todas estas propuestas, en caso de ser aprobadas, debilitarían la educación científica. El Comité de Directores de la AAAS se opone frontalmente a esos ataques contra la integridad de la ciencia y la educación científica. No sólo amenazan la enseñanza de la evolución, sino la comprensión de los estudiantes de las ciencias biológicas, físicas y geológicas.

Algunas propuestas pretenden desacreditar la evolución haciendo hincapié en los llamados «fallos» de la teoría de la evolución o «desacuerdos» dentro de la comunidad científica. Otros insisten en que los profesores deben tener absoluta libertad en sus aulas y no pueden ser sancionados por impartir «alternativas» no científicas a la evolución. Otras propuestas requieren que se instruya a los estudiantes para «analizar críticamente» la evolución o para conocer «la controversia». Pero no hay ninguna controversia significativa dentro de la comunidad científica acerca de la validez de la teoría de la evolución. La controvesia que rodea actualmente la teoría de la evolución no tiene carácter científico.

La ciencia es un procedimiento que busca explicaciones naturales a los fenómenos naturales. La ciencia plantea preguntas acerca del mundo natural, formula hipótesis para responder a esas preguntas, y recoge evidencias o datos con los que evaluar las hipótesis. Las teorías científicas son explicaciones unificadas de esos fenómenos, apoyadas por una amplia investigación y por la evidencia. La teoría de la evolución, apoyada por extensos descubrimientos científicos que abarcan desde el registro fósil hasta las relaciones genético-moleculares entre las especies, es un concepto unificador de la ciencia moderna. Por supuesto, nuestro conocimiento de cómo funciona la evolución sigue siendo refinado por los nuevos descubrimientos.

Muchas de las directrices y normativas propuestas pretenden, explícita o implícitamente, incentivar la enseñanza del "Diseño Inteligente" en las clases de ciencias como una alternativa a la evolución. Aunque los defensores del Diseño Inteligente suelen evitar mencionar a un creador concreto, el concepto es de hecho religioso, no científico. En una resolución de 18 de octubre de 2002, el Comité de la AAAS subrayó lo inapropiado de enseñar Diseño Inteligente en las aulas de ciencias por sus "defectos significativos de concepción en cuanto a su formulación, falta de evidencias científicas creíbles, y tergiversaciones de hechos científicos". El juez John E. Jones III, del Tribunal del Distrito Central de Pensilvania, estableció firmemente esas mismas conclusiones en el caso del Distrito Escolar del Área de Dover.

Los patrocinadores de muchas de esas propuestas estatales y locales parecen creer que la evolución y la religión están en conflicto. Es lamentable. No tienen por qué ser incompatibles. La ciencia y la religión se plantean preguntas radicalmente distintas en relación con el mundo. Muchos líderes religiosos han afirmado que no ven ningún conflicto entre evolución y religión. Nosotros, y la inmensa mayoría de los científicos, compartimos este planteamiento.

Y de hecho este acto no sólo contaba con el apoyo de la AAAS, sino también con el de muchas de las más importantes organizaciones de ciencia y educación del país, y el de la iglesia católica, con la presencia de George Coyne, un padre jesuita que dirige el Observatorio del Vaticano, quien dejó clara la aceptación por parte del Vaticano de la evolución.

Más información en La élite científica sale en defensa de Darwin frente al nuevo creacionismo; la declaración de la AAAS está copiada y pegada de la web del Círculo escéptico.

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