A Samantha Cristoforetti le quedan dos noches de dormir en la Estación Espacial Internacional antes de volver a tierra, pero en este vídeo nos lleva de visita a su camarote en el módulo Harmony de la Estación, un cubículo de unos 90×90×195 centímetros.
En él guarda su ropa para la semana, su ropa para hacer deporte, su pijama, y algunos objetos personales como su iPad, su cámara, por ejemplo, y otros de uso cotidiano; hay también un ordenador conectado a la red de la Estación que le permite hablar
Según Paolo Nespoli, tiene el mejor de los cuatro camarotes de Harmony, ya que en el que ella ocupa sus otros tres le hacen de blindaje adicional frente a los rayos cósmicos.
Dispone también de dos ordenadores, uno conectado a la red de la Estación, en el que puede ver su correo electrónico, su agenda, estudiar los procedimientos en los que tendrán que trabajar, y hablar por voz sobre IP con familiares y amigos.
El segundo que no está conectado a ninguna de las redes de la Estación pero que le permite conectarse en remoto a otro ordenador en tierra conectado a su vez a Internet gracias al que puede navegar, moverse por las redes sociales, subir fotos a Flickr, vídeos a YouTube, etc, aunque no es una conexión súper rápida y depende de que haya cobertura de la red de satélites de comunicaciones de la NASA.
Finalmente, nos muestra su saco de dormir, en el que se encierra por las noches, porque es friolera, y en el que flota para dormir, aunque otros tripulantes de la Estación prefieren fijar el saco para dormir.
Los otros dos tripulantes de la EEI duermen en el módulo Zvezdá; a diferencia de los de Harmony sus camarotes tienen unas pequeñas ventanillas, aunque de tamaño son similares.
Y cuando se acumulan los visitantes y no hay sitio, pues como en cualquier casa, hay que buscarse la vida…
Sam Cristoforetti vuelve a tierra con dos récords en su haber, el de la misión tripulada más larga de la Agencia Espacial Europea, y el de la misión más larga de una mujer astronauta.
Está en Twitter como @AstroSamantha.
