Por @Wicho — 5 de agosto de 2016

Como parte del esfuerzo de concienciar a los padres de la importancia de las vacunas desde el 1 de enero de 2016 está en vigor en Australia una norma que dice que si un niño no tiene sus vacunas al día sus padres no pueden recibir ciertos beneficios fiscales.

Y según se puede leer en No Jab, No Pay lifts immunisation rates los resultados por ahora están siendo bastante buenos.

Más de 5700 niños cuyos padres se habían declarado objetores en cuanto a la vacunación ahora están al día con su calendario de vacunas; y más de 148000 niños que no estaban al día sin que sus padres se hubieran manifestado al respecto ahora lo están.

Con ello el grado de cobertura para niños de uno y cinco años está por primera vez en un 93%, aunque el gobierno australiano espera alcanzar un 95% para reforzar la inmunidad de grupo.

Por supuesto aquellos niños que por razones médicas no pueden ser vacunados o que sean inmunes a alguna enfermedad y que así lo demuestren están exentos de esta norma.

Esta medida del gobierno australiano sin llegar al extremo de hacer obligatorias las vacunas, como se ha propuesto en ocasiones, desde luego parece que ha calado en la gente. Y es que la pela es la pela, supongo. Aunque no deje de parecerme lamentable que los padres de estos niños hayan tenido que ver amenazada su economía para tomarse en serio su salud y la de quienes los rodean.

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