Por @Wicho — 17 de mayo de 2018

Este vídeo de Kurzgesagt habla de unos bichos que cada día se calcula que terminan con el 40% de las bacterias que hay en los océanos. Unos bichos que suman, de largo, más ejemplares que todas las demás formas de vida juntas. Y unos bichos que podrían ser nuestra gran esperanza contra el problema de la resistencia a los antibióticos que han ido desarrollando las bacterias, que según algunos cálculos ya causan 30 veces más muertes que los accidentes de tráfico.

Los bacteriófagos –o fagos– son unos virus que infectan exclusivamente a las bacterias. Y son extremadamente específicos, por lo que podríamos inyectar una dosis de bacteriófagos contra una bacteria específica a una persona sin que el resto de sus tejidos ni las bacterias amigas que viven en ella, como por ejemplo las bacterias intestinales, se vieran afectadas.

En el vídeo se habla de un caso de este tipo de tratamiento, lo que como argumento a su favor es un poco endeble. Pero en Virus y bacterias de Ignacio López–Goñi se puede leer como la terapia con fagos estaba bastante extendida en los años 30 del siglo pasado. Aunque luego cayó en desuso por el éxito inicial de los antibióticos, en especial porque éstos son de muy amplio espectro mientras que los fagos son muy específicos.

Sin embargo la mencionada resistencia a los antibióticos que han desarrollado las bacterias está sirviendo para que estemos volviendo a mirar con interés a los bacteriófagos para recuperarlos como tratamiento contra infecciones bacterianas. Además, como dice Ignacio, tienen unas cuantas ventajas sobre los antibióticos: «…son productos “ecológicos” sin efectos tóxicos o secundarios para nosotros, los animales, las plantas o el ambiente; son fáciles de producir y de aplicar; se pueden emplear como mezclas o cócteles de varios bacteriófagos a la vez; y su concentración se autolimita, aumenta en el cuerpo conforme se multiplican en las bacterias y luego van disminuyendo conforme esas bacterias van siendo eliminadas.»

Así que el ser más mortal de nuestro planeta podría terminar convirtiéndose en un gran aliado.

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Ignacio, por cierto, acaba de sacar libro nuevo, Microbiota – Los microbios de tu organismo, que habla precisamente de todos esos microbios amigos que viven con nosotros. Que, de hecho, se puede decir que son parte de nosotros:

(Gracias por el enlace al vídeo de Kurzgesagt, Javier).

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