Por @Wicho — 16 de noviembre de 2015

Hace unos días estuve en la presentación de Bloostar, el sistema de lanzamiento de nano y micro satélites de zero2infinity.

Su idea es utilizar un globo lanzado desde una plataforma flotante para elevar el cohete hasta una altitud de unos 25 kilómetros y desde allí, tras soltarlo, encenderlo para colocar los satélites en órbitas de hasta 600 kilómetros.

Bloostar a órbita

Es un cohete de tres etapas, dos de ellas toroidales, cada una de ellas con seis motores, y una final con forma de magdalena, en palabras de José Mariano López Urdiales, CEO y fundador de zero2infinity, con un solo motor. El diseño de las dos primeras etapas hace que sea más fácil intentar hacerlas aterrizar, y de hecho uno de los objetivos de la empresa es poder reutilizarlas; además, encender el cohete casi en el vacío simplifica mucho su diseño, ya que no es necesario que use turbobombas para mover el combustible, pues este saldrá de los depósitos gracias a la falta de presión atmósférica.

Etapas de Bloostar
Etapas de Bloostar

Un lanzamiento desde esta altitud supone además que estás por encima de buena parte de la atmósfera, con lo que el rozamiento con esta no es un problema, así que la cofia protectora, hecha de fibra de carbono y cordura, es más ligera que en otros lanzadores, con lo que es más peso que ahorras.

Así, a igualdad de peso –un máximo de 100 kilos, 75 si es un lanzamiento a una órbita sincrónica al Sol– Bloostar es capaz de lanzar satélites con el doble de volumen –hasta 2,4 metros cúbicos– o el doble de superficie con un precio de unos 4 millones de dólares por lanzamiento; también es posible usar Bloostar para llevar cargas de hasta 6 toneladas a altitudes de entre 20 y 40 kilómetros y luego recuperarlas.

Además, el lanzar desde una plataforma flotante permite realizar lanzamientos desde casi cualquier parte del mundo, y al no depender de que haya hueco disponible en otros lanzadores los clientes pueden escoger sus fechas de lanzamiento.

Técnicamente, Bloostar utiliza componentes que ya están en el mercado, así que el problema básico con el que se encuentran es el de la financiación.

El plan de negocio de Bloostar habla de arrancar con las pruebas en 2016 y 2017 y los lanzamientos comerciales en 2018, aunque siempre dependiendo de que consigan la ya citada financiación; por ahora cuentan con 25 inversores privados y cartas de intenciones de varios clientes que están dispuestos a contratar lanzamientos con ellos valoradas en un total de 250 millones de euros.

Otro problema con el que se pueden encontrar, y quizás sea más grave que el de la financiación, es el de el marco regulatorio, que podría impedirles lanzar desde España, lo que a lo mejor es más difícil de arreglar que la parte de la financiación.

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