Por @Wicho — 14 de diciembre de 2013

Impresión artística del aterriaje
Impresión artística del aterriaje

A las 13:11 UTC del 14 de diciembre de 2013 China se unió al grupo de naciones que han sido capaces de colocar una sonda en la superficie de la Luna de una sola pieza, formado a partir de ahora por Rusia, aunque entonces era la URSS, los Estados Unidos, y China.

Una de las patas de Chang'e 3 en la superficie de la Luna
Una de las patas de Chang'e 3 en la superficie de la Luna

La Chang'e 3 es la primera sonda en llegar a la superficie de la Luna desde que la Luna 24 se posara allí el 19 de agosto de 1976, hace la friolera de 37 años.

Su llegada a la Luna coincide además con el 41 aniversario de que Eugene A. Cernan y Harrison H. Schmitt, los últimos seres humanos en pisar la Luna, al menos por ahora, partieran de regreso hacia la Tierra el 14 de diciembre de 1972 en el Apolo 17.

Es la primera vez que China intenta poner una sonda sobre la superficie de otro astro, lo cual ya es de por si bastante ambicioso, pero además la Chang'e 3 lleva con ella un rover lunar, Yutu, que será desplegado para funcionar de modo independiente.

Chang'e 3
Chang'e 3 y Yutu; pronto tendremos fotos de la una tomada por la otra

Chang'e 3 ha tomado tierra en Sinus Iridum, la Bahía de los Arco Iris, en la parte superior izquierda de la Luna según se ve desde el hemisferio norte de la Tierra.

El aterrizaje ha sido guiado completamente por los sistemas de a bordo de la sonda, con el objetivo de evitar rocas o terreno que comprometieran el aterrizaje.

La superficie de la Luna
La superficie de la Luna vista por una de las cámaras de servicio de la Chang'e 3, aunque la imagen está todavía sin calibrar

Lleva a bordo siete instrumentos y cámaras para estudiar la Luna y su entorno, incluyendo un telescopio capaz de ver en el ultravioleta extremo capaz de ver como la actividad solar afecta a la capa de iones que rodea la Tierra.

Yutu, con 1,5 metros de altura y 120 kilos de peso, tiene previsto explorar unos tres kilómetros cuadrados de la Luna durante su misión de tres meses, para lo que cuenta con una cámara, un espectrómetro de rayos X, otro de infrarrojos, y un radar que estudiará la estructura del suelo de la Luna hasta una profundidad de 30 metros y la corteza hasta unos cuantos cientos de metros. También tiene la capacidad de taladrar el suelo y hacer algunos análisis básicos de este.

Las dos naves están funcionando correctamente tras el aterrizaje, con sus paneles solares desplegados y produciendo energía, aunque también tienen generadores termoeléctricos de radioisotopos para obtener energía durante la noche lunar.

A ver lo que tarda China en poner un astronauta en la Luna; todo parece indicar que serán los próximos en lograrlo, entre otras cosas porque parecen los únicos en tener claro a dónde van con su programa espacial.

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