Por @Wicho — 1 de febrero de 2005

Hoy se cumplen dos años de la desintegración en vuelo del transbordador espacial Columbia [Wikipedia en español, en inglés] cuando volvíá a tierra tras la misión STS-107, y aunque se espera que en mayo de este año la NASA retome el lanzamiento de lanzaderas, a estas alturas la mayoría de las recomendaciones de la comisión que estudió el accidente del Columbia todavía no han sido implementadas: Majority of CAIB recommendations still unmet.

Eso sí, por primera vez en la historia de las misiones espaciales tripuladas de la NASA habrá una nave y una tripulación preparadas para realizar una misión de rescate en caso de ser necesario: NASA readies possible space rescue.

El desastre del Columbia ha sido el tercer accidente de la NASA durante una misión espacial o su preparación que ha supuesto la muerte de astronautas; curiosamente, los otros dos han tenido lugar en la misma época del año, de hecho casi en la misma semana:

  • El primero de ellos ocurrió el 27 de enero de 1967, cuando durante un ejercicio de entrenamiento se incendió la cápsula de mando del Apollo 1 y murieron asfixiados Virgil "Gus" Grissom, Ed White y Roger B. Chaffee al no poder abrir la escotilla a tiempo para escapar.

    Este accidente llevó a un rediseño exhaustivo de la cápsula y de algunas de las decisiones acerca de la misión, como por ejemplo la de utilizar una atmósfera de oxígeno puro.

  • El segundo de estos accidentes, como recordaba Alvy hace unos días, fue la explosión del Challenger a los pocos segundos de despegar en la misión STS-51L [Wikipedia en español, en inglés: STS-51-L] el 28 de enero de 1986.

    En este caso, aparte de los cambios de diseño oportunos, quedó claro que no siempre las decisiones se tomaban en cuenta teniendo todos los datos presentes, pues de hecho los representantes en el lanzamiento del fabricante de los propulsores sólidos de la lanzadera recomendaron no lanzar debido a las bajas temperaturas que había habido la noche anterior, temperaturas que fueron las causantes últimas del accidente al hacer que una de las juntas que sellan dichos propulsores estuviera demasiado rígida debido al frío y no cumpliera adecuadamente con su misión.

    El problema es que esta lección no pareció ser aprendida por la NASA, ya que mientras la Columbia estuvo en el espacio hubo ingenieros que intentaron expresar su preocupación por el daño que pudiera haber sufrido el ala de la lanzadera durante el lanzamiento pero los responsables de la misión no hicieron caso de sus temores.

    Quizás se pudiera haber montado una misión de rescate a tiempo, o a lo mejor no, pero al no hacer nada al respecto desde luego que los tripulantes de la STS-107 no tuvieron la más mínima posibilidad.

Por supuesto, no sólo la NASA ha perdido astronautas, y ni siquiera son las tripulaciones de las naves espaciales las que han soportado más pérdidas en aras de la investigación espacial, pues de hecho ha muerto mucha más gente en tierra que en vuelo: List of space disasters.

Aún así, no parece que haya escasez de voluntarios para ir al espacio.

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