Por Nacho Palou — 20 de octubre de 2017


El depósito de combustible de un cohete Delta 2 convertido en 250 kg de basura espacial que cayó en 1997 en algún lugar del estado de Texas.

Hace no mucho comentábamos por aquí que según Heiner Klinkrad, director de la Space Debris Office de la Agencia Espacial Europea, “el riesgo anual de que una persona en concreto resulte alcanzada por un trozo de basura espacial es de una probabilidad entre 100 mil millones”, de modo que la probabilidad de que te caiga encima un satélite o un trozo de basura espacial en muy baja, de una entre mil millones — mientras que la probabilidad de que te caiga un rayo es de 1 entre 56.000.

A raíz de la caída “casi inminente” de la estación espacial china Tiangong-1 (y a más largo plazo la caída del mismísimo telescopio espacial Hubble) en Wired explican Cómo los científicos calculan cuáles son las probabilidades de que un artefacto espacial te caiga encima y te mate, en How Scientists Predict If a Spacecraft Will Fall and Kill You.

Para calcular cuáles son las probabilidades de que un objeto caído del cielo alcance a una persona en la Tierra los científicos utilizan datos demográficos relativos a la densidad de población según la latitud y longitud terrestre; datos del año 2000 y la previsión para el año 2050 según el crecimiento de la población.

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La línea roja indica la inclinación de la órbita de la estación espacial Tiangong-1, la latitud por la que probablemente entraría a la Tierra; allí la densidad de población es de entre 17 y 24 personas por km² | Mark Matney / NASA, vía Wired.

Con esos datos de población y la inclinación de la órbita del objeto los investigadores pueden calcular la probabilidad de que los restos caigan en una latitud y longitud determinadas y, por extensión, la cantidad de personas que corren el riesgo de ser alcanzadas. Así es como los investigadores del Orbital Debris Program Office de la NASA obtuvieron el gráfico ilustrado arriba, que muestra la densidad de población promedio bajo un rango de inclinaciones orbitales. (Se ha añadido una línea roja para indicar la inclinación de 42,8° del Tiangong-1). El gráfico utiliza datos de dos conjuntos de datos de población: uno del año 2000 y un modelo predictivo de población para el año 2050. Basado en este gráfico, la densidad media de población bajo la órbita de Tiangong-1 es inferior a 25 personas por kilómetro cuadrado.

Y eso no es mucha gente.

En este sentido la atmósfera terrestre juega un papel fundamental —una vez más— como salvavidas: “cuando una nave espacial cae en picado hacia la Tierra rara vez queda intacta. El calor extremo y las violentas fuerzas de reentrada atmosférica destruyen la mayoría de los objetos pequeños.”

En el caso de los objetos más grandes una reentrada descontrolada suele reducir el objeto a trozos más pequeños y enlentece la caída de los materiales. Tanto que incluso aunque te alcance uno de esos fragmentos podrías sobrevivir, salvo tal vez si te golpea en la cabeza. O si pesa 250 kg.

De hecho, la diferencia de tamaño entre la estación espacial y la Tierra es tan grande, la Tierra en realidad están tan poco poblada (y todavía mucho menos los océanos, que son la mayor parte de la superficie), que “este asunto no preocupa en especial a ningún experto,” concluye.

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