Por @Alvy — 11 de marzo de 2014

TL;DR unos 7 megapíxeles + 1 megapíxel extra para el fondo.

Vsauce, uno de nuestros videoblogueros divulgadores favoritos, se pregunta en este vídeo por la comparación entre la visión humana y las cámaras fotográficas, en concreto qué resolución tendrían nuestros ojos si midiéramos lo que ven en megapíxeles, como hacemos con las cámaras.

La respuesta no es para nada sencilla, como ya comentamos hace años por aquí y como se dedicó a explicar en su blog con todo detalle ese gran tipo y mejor divulgador que es el Dr. Pascual de Ocularis. Según lo que leas por ahí podrás encontrar valores entre 0,5 y 500 megapíxeles, aunque la mayor parte te dirán que algo entre 1 y 10 megapíxeles es más que razonable.

Michael de VSauce examina esa cuestión con detalle –tal vez divagando demasiado, todo sea dicho– pero quédate con lo esencial: si tomaras una «foto» de lo que ven tus ojos en un instante concreto te encontrarías con un montón de cosas raras de las que tu cerebro ni se da cuenta, pero que están ahí:

  • Lo primero que verías en esa «foto» sería tu nariz, pero normalmente no eres consciente de que estás viendo todo el rato tu propia nariz. Si llevas gafas, añade más obstáculos extraños a la imagen.
  • Solo habría una zona correctamente enfocada, nítida y con los colores precisos: la captada por la fóvea, que es a donde estás dirigiendo exactamente los ojos: un pequeño círculo respecto al total, el equivalente podría decirse del «sensor» de las cámaras digitales. El resto queda más bien borroso y desenfocado… aunque no se nota demasiado. En la fóvea es donde se calculan esos 7 megapíxeles de resolución, a lo que se puede añadir un megapíxel extra de la información que hay a su alrededor, más indefinida y de baja resolución.
  • Si parpadeas, te lo pierdes: normalmente tampoco eres consciente de que tus ojos parpadean, pero durante el tiempo que dura la proyección de una película dejas de ver unos 15 minutos de imágenes debido a esto.
  • Los ojos se mueven continuamente, y mientras lo hacen tampoco ves nada porque todo está borroso. Se llaman movimientos sacádicos; debido a ellos también «te pierdes» unos 90 minutos al día de imágenes. Compruébalo en un espejo mirándote un ojo y luego el otro: ¿a que no los ves moverse?
  • Puntos ciegos de visión. Ambos ojos tienen una mancha ciega donde simplemente no se ve nada de nada. El «relleno» es falso, inventado, un efecto óptico. Hacer el experimento para comprobarlo es casi un juego de niños: cierras un ojo, miras al fondo, estiras el brazo con el pulgar hacia arriba y lo mueves lentamente en horizontal hasta que «desaparece».
  • Una cosa es la imagen que captamos, otra es lo que llega al cerebro. En una investigación reciente, el investigador español Luis Martínez Otero afirma que las imágenes han de comprimirse antes de llegar al cerebro, porque tan solo podemos enviar 1 millón de «cables» –un megapíxel– a través del nervio óptico. Esto encaja con las teorías que proponen que las imágenes y el movimiento se analizan de diversas formas destilando tan solo la información mínima necesaria para enviarla al cerebro.

Como dice Michael en el vídeo: si nuestros ojos fueran cámaras fotográficas, los devolveríamos a la tienda por tener un montón de defectos: zonas enormes de píxeles muertos, desenfoque, momentos aleatorios en los que no captan las imágenes…

Sin embargo nuestro cerebro es suficientemente avanzado como para completar toda esa información que falta, engañándonos a nosotros mismos para que podamos ver a nuestro alrededor todo lo que es y lo que sabemos que ha de ser: las cosas no «aparecen y desaparecen» de repente, si algo tiene aspecto de cara probablemente sea de una persona, si algo se mueve continuará en movimiento… En el vídeo hay un final con algunas disquisiciones filosóficas al respecto, porque en esto, como en todo en la ciencia, estamos continuamente aprendiendo.

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