Por Nacho Palou — 29 de mayo de 2018

El vídeo El universo en un grano de polvo, de Michael Marder, desgrana los componentes habituales que forman el polvo doméstico. Esto incluye desde las habitualmente mencionadas células de piel (humana y de animales) hasta partículas procedentes del espacio exterior,

Cada vez que explota una estrella en una galaxia distante los gases supercalientes vaporizan cualquier cosa que haya alrededor; hasta que el polvo resultante se asienta y comienza a flotar entre planetas y galaxias. Este polvo extraterrestre contiene partículas de estrellas desaparecidas y son la materia prima con la que se formarán futuros cuerpos celestes. Cada año caen a la Tierra decenas de miles de toneladas de este polvo cósmico que se mezcla con los minerales terrestres. Esta mezcla de químicos, minerales y partículas intergalácticas acaban depositadas en las superficies de casa.

Y además de los restos de piel y de pelo y del polvo intergaláctico tampoco faltan en el polvo de casa los habituales ácaros, polen, partículas químicas y contaminantes, fibras de ropa... y dependiendo de la geología local puede haber partículas carbón, de cuarzo o cenizas volcánicas: “la combinación resultante para cada hogar puede ser tan única como lo es una huella dactilar.”

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